El titular del juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante, Salvador Calero, ha condenado a una empresa valenciana por plagiar tres modelos de consoladores registrados en la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), con sede en Alicante, cuyos diseños pertenecen a la firma alemana Fun Factory.

La sociedad alemana, representada por el letrado Eric Jordi Cubelld y la procuradora Sonia Budi, llevó a los tribunales de Alicante a una empresa de Alacuás por vender por internet cuatro modelos de vibradores que copiaban sus diseños y por usar el slogan «Love Yourself» en otros productos de corte sexual. La sentencia no es firme y puede ser recurrida.

Durante la vista previa al juicio el juez tuvo delante los cuatro consoladores objeto de litigio que pasaron por sus manos y por las de la secretaria judicial, una prueba para poder apreciar a simple vista, tal y como recoge la sentencia, que «las diferencias que pudieran concurrir en este género de productos han de considerarse algo más relevantes que en otros dado que existen ciertos condicionantes de índole técnico consistentes en que el contorno del producto, aún dentro de un espectro de formas y tamaños moderadamente amplio, queda condicionado por el perfil alargado y cilíndrico propio de la parte de la anatomía masculina cuya funcionalidad se pretende suplir». Destaca el juez que las variantes en perfil y relieve «conciernen también a su propia eficacia o utilidad como producto, de tal forma que los diferentes relieves y curvas que se aprecian en los diseños cumplen una doble función».

Se trata de cuatro modelos distintos que, según la empresa fabricante, fueron copiados en China y distribuidos vía internet por la empresa valenciana, Life is Short S.L., que aseguró que desconocía que los diseños estaban protegidos y que alegó que no se importaron desde China, sino desde Holanda. La mercantil alemana destacó en su demanda, como publicó este diario, «la innovación e imaginativos diseños» de sus productos. Según Fun Factory, los vibradores modelo «Red Lover», «Violet Sweetheart», «Yellow honey» y el «Pink Baby» son meras copias de los que fabrica y vende la firma demandante.

Los modelos tienen forma de gusano, punta elevada, estrías o son de pequeño tamaño, y cada uno de sus atributos, como dice el juez en el fallo, cumple una función.

El magistrado ha condenado a la mercantil valenciana por vulnerar los derechos sobre tres de los cuatro diseños comunitarios en litigio. En su sentencia obliga a la empresa valenciana a cesar «de inmediato» la importación, exportación, venta y comercialización de estos productos. Así, condena también a la distribuidora de productos sexuales a indemnizar a la firma alemana por los beneficios ilícitamente obtenido, si bien éstos no quedan recogidos en el fallo.

Las formas de los diseños dan lugar a confusión y parecen similares, aunque cambie el color. Explica el magistrado en su sentencia que uno de los vibradores, el modelo «Violet Sweetheart», con punta ligeramente elevada y que representa la cabeza de un delfín, es un diseño claramente imitado por mucho que la base del producto sí que sea distinta. Respecto al modelo «Red Lover» el juez dice que hay similitudes «extraordinarias», ya que su perfil presenta «unas particularidades muy definidas por cuanto se aparta del propio órgano masculino para componerse de diversos volúmenes que reproducen el cuerpo de una oruga, y siendo la parte superior la cabeza sonriente de la misma». Ante el «Pink Baby», más pequeño y discreto, detecta similares curvaturas, estriado ligero y diferencias prácticamente insignificantes.

En cuanto al modelo llamado «Yellow Honey» el juez sí observa diferencias, sobre todo en el estriado, menos pronunciado en el caso del producto de la mercantil demandada. Este vibrador no lo considera una copia y respecto a este modelo no aprecia vulneración de los derechos exclusivos de Fun Factory, siendo por tanto el único que deja fuera de su condena.