Tras las críticas vertidas por los profesionales docentes en la asamblea provincial de directores de colegio ante la inutilidad de la continuas evaluaciones de calidad que tienen en los centros, sin que posteriormente haya efectos por la falta de medidas, el departamento de la consellera María José Catalá declaró ayer su intención de «integrar las nuevas evaluaciones» que fija la Lomce, «dentro de la mecánica de la evaluación diagnóstica que ya conocen los centros para hacer las pruebas al mismo tiempo, y evitar perder días optimizando el trabajo de los docentes».

Desde el departamento que dirige Catalá puntualizan no obstante que los mejores resultados de centros están internacionalmente vinculados a la realización de pruebas externas y matiza que la evaluación «no es control, sino una herramienta pedagógica».

Lo que los directores demandan, y la inspección recogió el guante, es que se distancien las pruebas para dar tiempo a adoptar medidas de mejora en los centros. Desde la conselleria se defienden apuntando que este curso han destinado más de 40 millones de euros a los programas educativos, pese a que se trata de los mismos programas con que contaban los centros tradicionalmente para el apoyo escolar de los alumnos que lo necesitan, ya que ahora se han fusionado dentro del paraguas del contrato programa. Educación añade que este año «por primera vez» se han cruzado resultados de las pruebas diagnósticas y los datos académicos de los centros «lo que establece un paralelismo entre ambos».

Formación Profesional Básica

Por su parte, el Gobierno dio a conocer ayer los fondos destinados a las autonomías para la puesta en marcha de la nueva FP Básica. La Comunidad es la segunda que más dinero recibe tras Andalucía, 5,2 millones, lo que, en palabras de Catalá, «garantiza la financiación y puesta en marcha de la FP Básica con todas las garantías».