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Aniversario

El Trenet de la Marina, un siglo de vías a lo largo de la costa

El Trenet cumple 100 años consolidado como un elemento fundamental para el transporte en Alicante y gran parte del litoral

Unidad del Trenet en la estación de Benidorm, ayer. JOSÉ ÁNGEL FLORES

El Trenet de la Marina es uno de los elementos más destacados del paisaje contemporáneo del litoral alicantino, que este mes está de enhorabuena. El próximo día 28 se cumplirán 100 años desde que el primer tren unió las estaciones de Alicante y Altea; en julio de 2015 ocurrirá otro tanto con el tramo entre Altea y Dénia. Un aniversario que hasta ahora ha pasado un tanto desapercibido -si bien se prevé algún acto conmemorativo, aún sin determinar-, pero que pone de manifiesto la pervivencia y la utilidad de este medio de transporte, así como su capacidad para adaptarse al paso del tiempo, a veces un poco a marchas forzadas.

El siglo de existencia del Trenet está cargado de todo tipo de circunstancias. Se construyó como un ferrocarril estratégico y secundario -en tres tramos diferentes, aunque unidos entre sí-, pensando principalmente en el tráfico de mercancías hacia los puertos de Alicante, La Vila Joiosa y Dénia, pero ha acabado siendo un medio de transporte metropolitano de grandes masas, sobre todo tras su reciente y profunda transformación entre Alicante y Benidorm, electrificado e integrado en una red tranviaria. Entre medias, ha sido también un superviviente, al no ser víctima del intenso cierre de líneas de vía estrecha que se produjo en las décadas de 1960 y 1970, gracias a estar ubicado en una zona tan turística como la costa alicantina. Así, ha llegado a los 100 años de vida como una combinación de tren de cercanías y turístico, eficiente y cómodo, aunque no puede decirse que rápido.

Y es que el Trenet invierte a día de hoy más tiempo en cubrir el trayecto entre Alicante y Altea que hace casi 50 años. Lo pone de manifiesto el horario de trenes vigente durante el verano de 1968, que muestra cómo el viaje hasta esta localidad de la Marina Baixa duraba, en el mejor de los casos, una hora y 10 minutos. En la actualidad, el tiempo que se invierte en este trayecto es de una hora y 35 minutos, aunque 13 de ellos corresponden al transbordo que es obligado realizar en Benidorm, estación a partir de la cual la línea de mantiene sin electrificar y operada por trenes diésel. En cualquier caso, el trayecto hasta Benidorm dura también algo más que a finales de la década de 1960.

Del vapor al tren-tram

A pesar de que la verdadera modernización del Trenet se ha producido en los últimos 15 años, puede decirse que los primeros atisbos de transformación comenzaron a mediados de los años 60 con la incorporación de automotores diésel al parque móvil, que progresivamente fueron sustituyendo a los trenes con tracción a vapor. De forma paralela, el Estado se hizo cargo a partir de 1964 de la gestión de la línea, tras retirar la concesión a la empresa que la había construido, la Compañía de los Ferrocarriles Estratégicos y Secundarios de Alicante. Esa titularidad pública propició la explotación conjunta con la línea que, desde Dénia, llegaba hasta Carcaixent, donde existía un enlace oficial con Valencia.

Esta situación supuso la existencia de trenes directos entre Alicante y Carcaixent, con enlace a Valencia. Pero este antecedente del tan reclamado ahora «tren de la costa», como ya se ha publicado en diversas ocasiones, duró bien poco: en 1969 se clausuró el tramo entre Carcaixent y Gandia, y en 1974, desde allí hasta Dénia, decisión esta última aún a día de hoy muy cuestionada al perderse la conexión entre la Marina Alta y Valencia. Además, el Trenet volvió a quedar como una línea aislada de cualquier otro ferrocarril.

El traspaso de la línea a la administración autonómica y su integración en la nueva empresa Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), en 1986, fue el espaldarazo definitivo para su pervivencia, aunque la gran transformación llegaría a partir de finales de los 90, con el desarrollo de la nueva red TRAM. La electrificación de la línea entre Alicante y Benidorm, su transformación en tranvía en el entorno de la capital, su prolongación hacia el centro de la ciudad y los nuevos ramales hacia la Playa de San Juan y San Vicente del Raspeig han sido determinantes para que, a fecha de hoy, el Trenet -y la red TRAM, en general- se haya convertido en un medio de transporte indispensable para los desplazamientos entre Alicante y gran parte del litoral de la provincia.

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