Los barcos de la Volvo ya surcan los mares camino de Ciudad del Cabo. En tierra llega el momento de desmontar el recinto que durante diez días ha acogido el Race Village. También es hora de hacer balance y de analizar qué ha supuesto para Alicante esta tercera edición de la Volvo Ocean Race.

"La afluencia de público se ha multiplicado por tres durante estos días. Si normalmente atendemos a unas 90 personas, durante la Volvo han sido unos 270 al día" señala el propietario del restaurante Las Delicias del Puerto, Manuel Mendiluces. "Ha estado a la altura de los días fuertes de verano. La gente incluso hacía cola en el paseo para conseguir una mesa", subraya al tiempo que reconoce el mayor potencial económico de los turistas extranjeros que durante estos días han visitado la ciudad.

Antonio Pérez Planelles, propietario del restaurante Dársena, va más allá y señala que "ésta ha sido la mejor edición de las tres que se han celebrado en Alicante. Hemos reforzado el personal porque esperábamos una gran afluencia y las expectativas no sólo se han cubierto sino que se han superado". "Aún es pronto para hacer balances a nivel económico, pero en cualquier caso serán positivos", concluye a las puertas de su establecimiento mientras a lo lejos se escuchan las grúas y los obreros que desmontan el Village.

La Explanada ha sido, junto con el puerto, la zona que mayor afluencia de público ha acogido durante estos días. Ángel Linares trabaja en uno de los quioscos de la zona y destaca la llegada masiva de público. "Se ha notado que ha venido mucha gente, yo creo que más que en las ediciones anteriores. Además de extranjeros y gente de fuera, llamaba la atención toda la gente de los pueblos de la provincia que se han acercado durante estos días a Alicante". A su lado, Julián Rodríguez, camarero de la emblemática heladería Peret, coincide en destacar "el gran movimiento de clientes durante estos días, superior incluso al que puede haber durante las fiestas". En su caso no han contado con refuerzo de personal pero han tirado de experiencia y profesionalidad para dar servicio a todos los clientes que durante estos días han abarrotado el local.

Isaac Dávila, camarero de Soho Mar, también ha vivido en primera persona las consecuencias positivas de la regata. El establecimiento en el que trabaja está prácticamente a las puertas del Village y el paso de turistas, regatistas y alicantinos ha sido contante por su terraza. "Esta edición ha superado a la anterior en cuanto a público, sobre todo a nivel de turismo de otros países, salvo el día festivo que la afluencia de turistas nacional fue muy destacable".

Si bien en el sector de la hostelería son mayoría los que piensan que esta edición ha sido la que mayor beneficios ha reportado a sus negocios, en otros ámbitos no coinciden con tal afirmación. Tal es el caso de las tiendas de suministros náuticos, otro sector directamente relacionado con la Volvo. Manuel Baeza, dependiente de Nautimer, reconoce que "se ha notado pero sólo un poquito porque los equipos ya traían todo su material y no ha habido tanto negocio como en la primera edición, la mejor para nosotros".

Sea cual sea el sector, lo cierto es que la mayoría coincide en los beneficios dejados por la regata en sus negocios y como no hay tres sin cuatro, algunos han empezado ya su particular cuenta atrás para la próxima edición de la Volvo Ocean Race en Alicante.