Ildefonso Hernández resaltó ayer que no hay motivos para una alarma en la población porque el contagio «no es fácil» al transmitirse solamente con la enfermedad «avanzada» y a personas con un «contacto estrecho» por el intercambio de fluidos corporales, como la sangre, saliva, vómitos o sudor, mientras que no se propaga, hizo hincapié, de forma aérea.

También catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Hernández afirmó que es «prematuro» determinar si el contagio se debe a un fallo humano o de protocolo, aunque en todo caso se requiere «una buena auditoría de lo ocurrido» para actuar en futuras situaciones «con la mejor calidad posible».

«Se ha producido un contagio no esperable y, por lo tanto, hay que aprender y ver dónde ha podido estar el problema para mejorar en el futuro», incide antes de precisar que los especialistas saben que había un «riesgo bajo, que no nulo».

Según Hernández, el primer paso es atender a la enferma ya que, pese a no haber un tratamiento específico, sí existen medidas de soporte de mantenimiento que confían en que «tengan buen efecto en este caso en concreto».

Además de tomar las medidas retrospectivas para analizar qué ha podido desencadenar el contagio, respecto a las personas que han podido estar expuestas se debe estudiar el periodo de transmisibilidad de la infección para adoptar las medidas de prevención y seguimiento. En este sentido, apunta que aquellos que han tenido un contacto estrecho deben ser sometidos a medidas de seguimiento para detectar si aparecen síntomas y, mientras tanto, deben evitar el contagio de ninguna otra persona cercana.

En todo caso, Hernández repite que «para el resto de la población no hay riesgo» y, por lo tanto, no hay que tener «miedo ni alarma». En este punto, el presidente de la Sociedad Española de Salud Público subraya como «esencial» que las autoridades trabajen, por un lado, con «la mayor diligencia y eficacia» y, por otro, con »absoluta transparencia para que la población siga confiando» en los responsables sanitarios. De esa manera se consigue la confianza en las autoridades y la población puede vivir con tranquilidad, porque desde luego no estamos con ninguna amenaza de salud pública sino con una situación que hay que trabajar estrechamente», reitera. Hernández valora la primera comparecencia pública de la ministra de Sanidad, Ana Mato, el lunes, y añade que «ahora hay que ver si periódicamente se da la información con transparencia».