El comercio de Alicante no se une a la fiesta de la Volvo Ocean Race. Los comerciantes de la ciudad, incluyendo parte de las franquicias más conocidas, decidieron no abrir ayer sus locales, pese a que se trataba del único domingo que coincidía en esta edición con la presencia de los siete barcos participantes en la ciudad. La llegada de miles de visitantes a la ciudad con motivo de la regata alrededor del mundo no supone, según los propios empresarios, un aliciente suficiente para abrir sus comercios en domingo, una situación que contrasta con los beneficios económicos que están logrando durante estos días sectores de la ciudad como hostelería y hoteles. «Es cierto que por la calle se nota la llegada de gente por la Volvo, pero aún no existe una implicación suficiente de estos visitantes con el comercio», señalaba ayer el vicepresidente del Colectivo de Comerciantes por Alicante y máximo representante de la asociación Corazón de Alicante, quien admitió que la Volvo «sí supone una inyección económica para hoteles y restaurantes». «Ellos están haciendo su agosto, pero nosotros apenas notamos la presencia de los visitantes por la Volvo. Aún queda mucho por hacer para que los comercios tradicionales también nos beneficiemos de la regata», añadía.

En la misma línea se mostró el presidente de la Asociación de Comerciantes de Maisonnave y Adyacentes, convencido de que la apertura en domingo beneficia a «unos pocos». «Por mucho que nos lo quieran vender, la Volvo apenas afecta al pequeño y mediano comercio. Si fuera un buen negocio, abriríamos todos. Y no es así», explicaba el comerciante. Ayer en Maisonnave, no todas las franquicias subieron las persianas.

En otro de los puntos mas destacados actualmente del comercio de la ciudad, la calle San Francisco, apenas abrieron ayer comercios, pese a que se registró buena presencia de peatones por la zona.