¿Se me caerán los pechos si elijo la lactancia materna para alimentar a mi bebé durante sus primeros meses de vida? ¿Tendrá más defensas el pequeño ante posibles enfermedades con la leche materna que con el biberón? ¿Cómo sé si tengo la suficiente leche en el pecho para mi hijo? Muchas son las dudas que se plantean las madres ante la tesitura de elegir entre la lactancia materna o el biberón para su recién nacido.
Las matronas lo tienen muy claro, como se pudo ver ayer en el primer taller organizado por el Hospital General de Alicante para el fomento de la lactancia materna. Una carpa, frente a la entrada principal del recinto hospitalario, acogió varias charlas a cargo de personal sanitario. «La información es vital para que las madres sepan qué es lo mejor para sus niños. Nosotras apostamos por la lactancia materna, ya que es lo mejor para el desarrollo del bebé», señalaba ayer Herme Mataix, jefa de matronas del Hospital General de Alicante, quien asegura que la mayoría de las madres salen del paritorio con la lactancia como elección, aunque con el paso de los días los porcentajes cambian, sobre todo por trabajo: «Nada más tener el hijo, el 90% de las madres prefieren dar el pecho a su bebé; cuando reciben el alta, el porcentaje ha bajado hasta el 80%; mientras que algunas semanas después del parto, la lactancia materna supone el 60% de los casos».
La matrona Paula Guillem fue ayer una de las encargadas de informar a las madres que se acercaron hasta el hospital. «Les hablamos de los beneficios de la leche materna, como que el pequeño tenga menos alergias, estreñimiento u otras enfermedades, además de un mejor desarrollo del sistema digestivo. La madre, por su parte, sufre menos anemia y sangrado con la lactancia», afirmaba.
Pero ayer no sólo se habló de beneficios en la salud, sino también se intentó desmontar mitos que pasan de generación en generación. «Hay muchas preguntas que se repiten de madre a madre», continúa Reme García, jefa de Neonatos y presidenta de la Comisión de la Lactancia en el Hospital General. «Muchas madres piensan que se les va a caer el pecho si dan de mamar a sus hijos. Pero eso no es así. Los pechos se caen porque los años también pasan por las madres y por la genética, pero no por la lactancia. Es difícil conocer a una mujer, sin hijos, que con 50 años tenga el pecho como a los 20», puntualizaba Reme García.
