Nacieron en la ciudad suiza de Ginebra y desde bien pequeñas comenzaron a navegar en el Lago Lemán. Sus vidas están vinculadas a la vela y tienen un amplio palmarés como regatistas de élite. Son las hermanas Justine y Elodie Mettraux y ambas reconocen lo afortunadas que son al poder participar en un proyecto de relevancia mundial como la Volvo Ocean Race. «Hay pocas oportunidades para que las mujeres puedan navegar en regatas off-shore. Es un mundo muy cerrado, y casi siempre son los mismos navegantes los que participan en los diferentes proyectos que se ponen en marcha y lo habitual es que sean hombres», reconoce Elodie.

La primera que se embarcó en el Team SCA fue Justine, de 28 años, que empezó a entrenar en la base del equipo en Lanzarote, mientras seguía regateando con su Mini. Consiguió pasar las pruebas de selección en enero de 2013. Por su parte, Elodie, de 30 años, entró en el proceso de selección de tripulantes poco después de que su hermana la animara a mandar su currículum.

A finales de 2013 Justine acabó segunda en la Mini Transatlantic Race, mientras que Elodie dejó su trabajo y se trasladó a vivir a la base de entrenamiento del SCA en Lanzarote. Oficialmente entró a formar parte del equipo a mediados de marzo. Desde entonces, hasta ahora han seguido, al igual que el resto de las tripulantes, un intenso programa de entrenamiento físico y mental, necesario para afrontar las duras condiciones de una de las regatas más largas y extremas del mundo.

Pertenecen a una familia vinculada al mundo de la náutica, «por lo que nuestros padres están acostumbrados a este tipo de vida, llevamos muchos años compitiendo en regatas, al igual que nuestros hermanos. Es una aventura emocionante, pero también peligrosa. Nuestra familia nos anima y están felices de que podamos hacer la vida que queremos», reconoce Elodie. Ambas se dedican profesionalmente a la vela, aunque aseguran que no es fácil vivir de este deporte, «ya que salen pocos proyectos para mujeres», por lo que además de regatistas profesionales, Justine es maestra y Elodie, ingeniera medioambiental.

Se muestran felices, seguras y sobre todo saben que están bien preparadas para el reto que van a afrontar, «nos hemos preparado mucho durante los últimos meses y hemos trabajado intensamente la forma de funcionar como equipo, todas juntas».