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El Mercado Central se reinventa

La apertura en los últimos meses de varios puestos busca relanzar la actividad

Nuevas caras en el Mercado Pilar Cortés

«Es el único punto de venta de toda la Comunidad Valenciana donde hay golosinas suecas, sin colorantes ni conservantes, y para niños y adultos alérgicos a la lactosa y el gluten». Gabriel González y Susana Dimeres, que perdieron sus anteriores empleos por la crisis, decidieron venirse a Alicante y aventurarse con «Degustos», una especie de tienda gourmet de las golosinas que forma parte de la media docena de negocios que ha abierto sus puertas en los últimos meses en el Mercado Central Mercado Centralcon productos innovadores que buscan atraer nuevos clientes y revitalizar el establecimiento.

«Elegimos el Mercado Central porque nos enamoró, es un edificio superbonito, que provoca añoranza de la infancia. Nos dieron la oportunidad con la concesión y buscamos algo nuevo que proporcionar a Alicante», explicaron. También ofrece golosinas selectas, frutos secos y especias «Albamar»que abrió meses antes. Vende tartas de chucherías, bombones gourmet de importación de chocolate belga, como los de limón glaseado y canela que saben a arroz con leche, y piruletas de chocolate de Ferrán Adriá.

«Tenemos arándanos deshidratados, que vienen de Alaska y Canadá, y los mejores productos españoles», asegura María José Martínez, que lleva el negocio con José Albarral. Lo tienen todo para hacer tartas fondant, desde colorantes a esencias, e ingredientes de decoración, «algo que no había en el Mercado y que demanda otro tipo de público, mucha gente joven que se dedica al trabajo artesanal en casa preparando tartas». También venden gominolas sin gluten, lactosa ni huevina para alérgicos; tienen clientes veganos que buscan sus frutos secos naturales, y se han especializado en especias para gintonic o té como cardamomo o flores de hibisco. «Estamos encantados con el tipo de cliente pero encontramos muchas trabas por parte del Ayuntamiento. Primero nos animan a implantar cosas nuevas y lo ponen bonito, pero luego se pueden hacer pocas cosas (dijeron en referencia a una zapatería y a un local de hostelería denegados), aparte de que el cambio de actividad cuesta dinero», 600 euros los locales más baratos. Por ello, piden que les dejen innovar y que «se atrevan» con otro tipo de público. Como el que busca «La despensa de María José», que vende productos gourmet alicantinos, turrones y vinos, cavas e infusiones para gintonic; o «Fromagerie des Alpes», con todo tipo de quesos.

Uno de los últimos negocios diferentes en implantarse ha sido la Parafarmacia del Mercado, en la zona de frutas y verduras. Abrió en agosto, «y poco a poco vamos haciendo clientela, sobre todo gente mayor que viene a por complementos alimenticios, y turistas». «Es un sitio emblemático, por el que pasa mucha gente, sólo le supera Maisonnave, y no teníamos medios para adquirir un local allí. En otras ciudades hay en mercados y funciona», explicó su responsable.

También en frutas y verduras un negocio de zumos naturales va a cambiar de actividad para vender helados a granel, y en la planta baja dos nuevas cafeterías se sumarán al Rincón de Lya, que lleva unos meses abierta. Son negocios para los que se suelen reservar los pasillos periféricos, como explicó el presidente de los comerciantes, Domingo Martínez. Los propios vendedores, preocupados por el parón del Mercado, proponen para atraer más clientes una guardería que funcione al menos los viernes y sábados; abrir de 8 a 16 horas para captar a quienes salen de trabajar; y adoptar el sistema de purificación de humos que tiene el Mercado de Málaga, también un edificio protegido, para que el Ayuntamiento autorice nuevos negocios de hostelería.

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