Tras 11 años en EEUU llegó a la conclusión de que en Alicante «se vive muy bien». Presume de comer gazpacho con tomates recién cogidos y de pasear en bicicleta junto a su perro Blondi, eso sí, los meses que no está trabajando en Vietnam. De haber intervenido el FMI en la economía española cree que la recuperación habría sido más rápida, aunque más dolorosa.
De funcionario del FMI a consultor internacional independiente, ¿es muy diferente?
En el FMI el trabajo era en equipo y aquí es más personal, muy on demand, creativo y con mucha libertad. En el FMI había una parte de mucha burocracia. Mi calidad de vida aquí, comparada con EEUU, es mejor. Trabajé 9 años y tomé una decisión en 2006.
¿Cómo llegó al FMI?
Hice un máster en Barcelona y me recomendaron para ir a la Universidad de Chicago. Me dieron una beca. El FMI entrevistó a 1.100 candidatos y quedamos 31. La criba es bastante fuerte. Priman el sentido común. Hice varias entrevistas, me preguntaron qué haría para resolver el paro en España. En junio de 1996 la tasa de desempleo era del 22,2%. Ahora está en el 24,5%, por lo que 18 años más tarde, y tras un periodo de expansión fuerte seguido por la crisis actual, la situación en cuanto al paro es muy parecida.
¿Qué solución dio entonces y cuál sería hoy la del FMI, sobre todo en cuanto al paro juvenil?
Es la misma propuesta que daría ahora, reformar aún más el mercado de trabajo. El paro en España es de los más altos de Europa, a pesar que otros países como Italia o Portugal han sufrido más la crisis en términos de caída del PIB. El mercado de trabajo se tiene que flexibilizar aún más para que se ajuste la oferta de trabajo a la demanda que hacen las empresas. En el caso del paro juvenil, hay que fomentar los contratos en prácticas y formación de modo que tengan un coste casi cero para las empresas, porque dada la nula o muy poca experiencia de este tipo de trabajadores su productividad es también muy baja. Las propuestas del FMI o de otros organismos internacionales en el tema del mercado de trabajo están en esta línea.
¿España habría salido antes de la crisis de haberse adoptado las medidas propuestas por el FMI?
El FMI recomendó el ajuste fiscal, la reforma del mercado de trabajo y el saneamiento del sistema financiero. Esas tres medidas las ha llevado a cabo el gobierno, aunque para el FMI y para muchos otros economistas se ha quedado corto. Por ejemplo, entre las propuestas del FMI está mejorar el mercado de trabajo yendo a un modelo de contrato único con indemnización por despido creciente, en vez de los 43 tipos de contrato laboral que tenemos ahora. En el tema fiscal el FMI sugirió eliminar tipos reducidos del IVA y, a cambio, reducir las cotizaciones sociales. Eso hubiese reducido el coste laboral para las empresas, y hubiese reducido el paro en España. Si esas medidas se hubiesen adoptado, se estaría creando más empleo y tardaríamos menos en salir de la crisis.
Personas preparadas como usted asesoran a Vietnam, ¿no harían falta más técnicos aquí?
España se supone que no lo necesita porque no está en desarrollo. La renta per cápita de Vietnam es de 3.000 dólares y la de España de 30.000. En España ya hay mucha gente con doctorados y experiencia. No es tanto la falta de técnicos, sino que los políticos no hacen lo que los técnicos recomiendan. Ellos toman las decisiones. Tu puedes decirle al gobierno las medidas que se deben de adoptar, pero éstas a veces tienen un coste político. Hace tres años se tomaron las medidas menos dolorosas, aunque menos efectivas que las que toma el FMI. A un enfermo de gangrena hay que cortarle la pierna, no darle medicina a ver si mejora.
Los economistas vieron venir la crisis.
En 2006 había informes técnicos que advertían a la economía de que no dependiese tanto del ladrillo. En ellos estaban las recomendaciones y no se implementó nada. El objetivo de un político es ganar las elecciones y el economista es un técnico y ofrece los consejos que cree que la economía necesita.
¿Qué se hizo mal?
En 2008 ya se veía que era una crisis financiera fuerte, pero el gobierno pensó que en dos años se iba a arreglar. Si se hubieran tomado medidas habríamos tenido déficit, pero no tan alto como el que hemos padecido. Las que se adoptaron agravaron la crisis como el Plan E o el cheque bebé.
