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La reparación de la balsa de San Diego se dispara a 30 millones

Una chapuza que trae cola. Casi dos años después de que el Ministerio de Agricultura vaciara el embalse de San Diego (Villena), eje central del trasvase Júcar-Vinalopó al regular todo el agua que llega de Cullera, las posibilidades de recuperar la infraestructura se desvanecen a medida que pasan los días por la negativa del Ministerio y Consell a terminar la toma de Cortes de Pallás -San Diego no tiene sentido sin la toma original- debido a que el presupuesto para solucionar el problema de las fugas se ha disparado hasta los 30 millones de euros, cinco veces más de lo estimado en un principio, y nadie en la Administración está dispuesto a habilitar una partida que, hoy por hoy, no serviría para nada. La decisión de Acuamed, respaldada por el Consell y un sector de los regantes del Vinalopó (los más afectados por la sequía) de aceptar los 8 hm3 que este verano llegaron de Cullera tiene soporte técnico, incluso sin San Diego, ya que se ha hecho una pequeña obra en el embalse para almacenar unas horas el agua que llega de Cullera hasta reconducirla por los canales del postrasvase. Otro tema es el coste de este caudal que ha llegado subvencionado por el Ministerio. Los agricultores han pagado el agua a 0,15 euros el metro cúbico, menos de la mitad de su coste real. Una operación política pero insostenible económicamente en el tiempo. f. j. b.

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