Cinco claves para posicionar un destino turístico. Nuevas tecnologías, por supuesto, pero ¿y detrás qué? Esta es la máxima que sostuvo ayer Isaac Vidal, consultor turístico, y que trasladó en el Club INFORMACION en el marco de la jornada «Modelos de negocio en el sector turístico», organizada por Fundesem, con una ponencia sobre el marketing para el crecimiento sostenido. Vidal se mostró convencido de la eficacia del uso de las nuevas tecnologías en el turismo pero, a su vez, criticó el que haya ayuntamientos y organismos que hayan apostado por ellas para aumentar la calidad del destino gastando fortunas, que al cabo de unos meses no sirven para nada. El wifi no funciona, una determinada aplicación que no se descarga... y, lo más importante, el turista termina decepcionado por no encontrar la calidad y el teórico buen servicio que esperaba tras una «web atractiva».

El visitante de un destino sigue cinco pautas clave a la hora de disfrutar de un viaje y, según Vidal, los destinos deben estar preparados para responder antes ellas. Inspiración (reflexión a la hora de elegir el viaje); comparación con otros lugares; planificación y reserva; experiencia durante el viaje y el postviaje. Vidal dejó claro que la tecnología es fundamental para captar turistas pero subrayó que si después no hay un buen servicio y calidad nada habrá servido.

«Sin duda, el concepto "smartcity" no deja de avasallar y como derivada surge el término "Smartdestination" y a partir de ahí, tanto el sector público como el privado intentan llevarse el gato al agua», sostiene Vidal. Para el consultor, «una de las decisiones más trascendentales y difíciles para un destino es, sin duda, elegir su posicionamiento de marca. Qué quiere ser, por qué posición en la mente de sus clientes va a competir. Creo que las decisiones del posicionamiento no deben condicionarse en exceso a criterios tecnológicos. Si miramos el ciclo del viajero, creo que donde es central la tecnología para que un destino sea más competitivo es en las fases de inspiración, planificación, reserva, y postviaje. Es aquí donde la competitividad del destino se la juega como no haga un buen marketing on line». Vidal apuntó, no obstante, que la tecnología mejora la competitividad, pero difícilmente es el factor diferencial. «Si decido ir a Bilbao lo haré por lo bien que se come, por una buena oferta o por el Guggenhein. Si decido ir a Granada lo haré por sus tapas, por la Alhambra... y no porque tenga una oficina de turismo del siglo XXI, wifi gratuito en toda la ciudad o siete aplicaciones para el móvil», destacó.