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Puntilla a la agricultura de la provincia

La tormenta perfecta acecha al campo

El derrumbe de los precios de los productos agrícolas por el veto ruso agrava la situación del sector

Un agricultor en plena campaña de recogida de la granada, uno de los productos que más se va a ver afectado por el veto ruso a los productos españoles. Antonio Amorós

El campo alicantino está viviendo un año nefasto. A los incalculables daños que la sequía ha causado incalculables daños sequía hay que sumar las todavía impredecibles pérdidas derivadas del veto ruso impredecibles pérdidas veto ruso a productos de la Unión Europea.

El cierre del mercado ruso ha supuesto la puntilla para un sector que intenta luchar contra la tormenta perfecta que se cierne sobre él. Y por si fuera poco, hace unas semanas, la CE decidió suspender la ayuda de 125 millones de euros para compensar el veto ruso por dudar de las cifras presentadas por algunos países como Polonia. suspender ayuda 125 millones de euros compensar veto ruso dudar cifras PoloniaUna ayuda que ya los agricultores consideraban insuficiente.

El veto ruso no sólo afecta a los productos que España coloca en este mercado, indirectamente repercute en todo el sector. «Consideramos que el anuncio de Rusia ha dado pie a que los intermediarios apliquen técnicas desleales para bajar los precios», denuncia Ramón Espinosa, secretario de la Asociación Jóvenes Agricultores (Asaja). En el último mes los precios agrarios han caído un 37% como consecuencia de la especulación. Así, producciones que no tienen implicación en el mercado ruso han visto caer sus precios y como consecuencia se ha dado una pérdida de renta agraria. Desde las asociaciones agrarias denuncian que ya hay productores que se han visto obligados a destruir parte de sus cosechas por no resultarles rentable su recolección.

El veto ruso está afectando a los productos cuya campaña está ya en marcha, caso de la granada, la nectarina, los paraguayos y la uva, pero también afectará a los productos de la campaña de invierno.

Desde la cooperativa de Cambayas en Elche, su director, José María Martínez, explica que «nosotros exportamos entre el 55% y el 60% de la producción de granada. A Rusia puede ir directamente en torno al 17%, pero hay otro 20% de la exportación a otros países que indirectamente se está viendo afectado por el veto ruso».

Martínez apunta que en estos momentos están en la recta final de la campaña de la granada valenciana y que en unos días comenzará la de la granada mollar. Asegura que no hay buenas perspectivas ya que «como los compradores saben que la granada no va a tener la salida de otros años piden que se las mandemos a menor precio». La granada tiene un problema añadido y es que, al igual que el caqui y los cítricos, no reciben ayudas como «la retirada» que le permitan amortiguar las consecuencias del veto ruso.

Los agricultores, además de pedir que se incluyan estos productos, reclaman que la UE aumente los precios que conceden a la «retirada», es decir al producto que el agricultor no puede colocar en el mercado. Por otra parte, los productores temen que el hecho de no tener acceso esta temporada a Rusia permita a otros países como Israel introducir su granada y consolidarse en este mercado.

«Creo que va a ser la campaña más complicada de la historia, cada vez hay más producción y tenemos menos salida», lamenta el director de Cambayas.

En cuando a la uva, aunque la producción destinada a Rusia está en torno al 8%, sí que se va a ver afectada gravemente por la bajada de los precios, un descenso que, como suele ocurrir, va afectar al agricultor, pero no va percibir el consumidor.

Y mientras el agricultor de a pie se dedica a seguir trabajando para sacar adelante la siguiente cosecha, las organizaciones que los representan están exigiendo a los distintos gobiernos medidas urgentes para salvar a un sector que ve cómo todos los elementos juegan en su contra.

Tal y como explica Espinosa, es necesario incrementar las ayudas destinadas a «la retirada», a la «cosecha en verde» (reducción de la producción) y a los agricultores que deciden no plantar. Al margen de ello, es necesario hacer campañas de promoción en los distintos medios de comunicación para fomentar el consumo de frutas y hortalizas. Junto a ello, sería necesario buscar nuevos mercados como los de la costa este de EE UU, China o India.

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