¿Cómo ve la situación municipal tras salir a la luz las conclusiones del informe policial de la investigación por presuntas irregularidades en la tramitación del Plan Rabasa?
La ciudad vive una situación de estado de sitio, con una alcaldesa doblemente imputada y un vicealcalde que también está imputado. Creo que la situación es insostenible y que el PP es el protagonista de la corrupción, porque la ha convertido en sistémica en Alicante y la Comunidad Valenciana.
Hay exdirigentes de su partido, como Blas Bernal o Ángel Franco, que también salen salpicados. Los investigadores sostienen que Enrique Ortiz le regaló un velero al primero de ellos por su apoyo a Rabasa y que el segundo jugó un papel clave como intermediario en la tramitación del plan urbanístico. ¿Le sorprende?
No. Se me abrió un expediente por denunciar públicamente las corruptelas de mi partido, concretamente por asegurar que 'la candidatura de Gabriel Echávarri (actual secretario general del PSOE en Alicante) estaba impulsada por gente que había escrito la historia más negra del partido'. Hablaba de Bernal y Franco. Lamento que en lugar de estudiar mi denuncia y limpiar el partido de indeseables, se me expedientara.
¿Se reafirma entonces en lo que dijo?
Sí. El tiempo me ha dado la razón: Han escrito la historia más negra del partido en Alicante. En los últimos veinte años se ha constituido un cartel en la ciudad con el objetivo de apropiarse de rentas y de esquilmar a los ciudadanos del que destacados dirigentes de mi partido formaron parte junto al PP y al gran corruptor Enrique Ortiz. No hay más que echar la vista atrás para recordar que algunos han acabado a sueldo o enredados en los asuntos de Ortiz.
¿Quiénes?
Es evidente que Blas Bernal, Ángel Franco, Roque Moreno y alguno más.
¿Cuál ha sido el gran error del partido?
Que no ha llevado los controles debidos contra la corrupción. En eso ha fallado estrepitosamente.
En estos momentos, desde la dirección del PSOE se asegura que hay una postura de tolerancia cero con la corrupción «caiga quien caiga», en palabras de Echávarri. ¿Cree que es así?
El partido ha estado dirigido hasta ahora por la misma gente que dijo sí a Rabasa en 2005. A nadie se le escapa que el verdadero jefe del partido en Alicante ha sido Ángel Franco, al que se ha podido ver de manera habitual en el despacho del secretario general y en un época del mandato por el grupo municipal dando consignas. Hace un año, unos cincuenta militantes remitimos un informe a Echávarri en el que describíamos la implicación de Ángel Franco en las escuchas del caso Brugal y pedimos su expulsión del partido, pero no nos respondieron. Si Echávarri era conocedor del papel de colaboración de Ángel Franco en esta trama y no hizo nada es cómplice por omisión de una situación que nos avergüenza. Echávarri ha tenido la oportunidad de desligarse de los elementos corruptos dentro del PSOE y no lo ha hecho. Es evidente que no dirige la agrupación de Alicante, sino que ha sido una marioneta en manos de Ángel Franco.
Tras la publicación de las conversaciones con Ortiz, Ángel Franco se ha dado de baja del partido voluntariamente. ¿Cree que puede cambiar algo?
Llega tarde. Hace mucho que debería haberse ido. El daño que ha causado es irreparable.
¿Qué le parece la apertura de un expediente de expulsión a su compañera, la edil Ana Paula Cid, por sus críticas al partido en las redes sociales tras salir a la luz la investigación policial?
Es escandaloso que a una compañera se le abra expediente por un exceso verbal y que a Franco se le invite a dejar el partido. Es una doble vara de medir y demuestra el carácter de Echávarri.
¿Qué plantea para que el PSOE enderece el rumbo?
Pido, consciente de que la mayoría de los militantes decentes estarán de acuerdo conmigo, que la ejecutiva federal se implique en dar una solución necesaria y urgente porque la ciudad necesita un partido socialista limpio y comprometido con sus intereses.
¿Por dónde pasa esa solución que reclama? Algunos de sus compañeros plantean una disolución de la agrupación en Alicante...
No creo que sea necesario. Mi planteamiento es que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, suspenda el proceso de Primarias en Alicante. Nace viciado porque Ángel Franco, aunque haya dejado el partido y esté apartado momentáneamente, sigue siendo el verdadero jefe y es experto en ganar asambleas. En ocasiones ha habido denuncias de manipulación de censos y tengo constancia de que Ortiz se ha jactado de pagar fichas a militantes de Ángel Franco. Habría que suspender las Primarias y poner una gestora que pilote el proceso hasta que elaborar una candidatura de mujeres y hombres decentes.
Usted ya disputó con Echávarri la secretaría general del partido en Alicante y ahora su nombre sonaba como uno de sus posibles rivales en el proceso de primarias. ¿Le gustaría liderar esa candidatura que propone?
No, en absoluto. Sigo creyendo en la política como instrumento para mejorar la vida de la gente, pero mi experiencia personal ha sido decepcionante. Terminaré mi mandato como concejal porque es mi compromiso con la ciudadanía y después me alejaré de la primera línea.
