¿Cuál es su balance de la temporada alta en la Costa Blanca?
El balance es positivo si se atiende a la alta ocupación, en torno al 90% el pasado agosto y la llegada de turistas al aeropuerto de Alicante-Elche. Pero la cuestión clave está en ponderar esas cifras en términos de rentabilidad y empleo. Hay indicadores favorables como el crecimiento del 2,7% en los ingresos por habitación disponible de los hoteles hasta julio. No obstante, si se relacionan las cifras de pernoctaciones en establecimientos reglados con las llegadas de turistas se pone de relieve que funciona una oferta alegal o no reglada de plazas de alojamiento, que aporta muy poco en empleo y que presenta una evidente opacidad fiscal, además de ser competencia desleal para el alojamiento.
Los hoteleros sostienen que al final el boom del turismo nacional en Semana Santa fue un espejismo. ¿Por qué?
La persistencia de la crisis en España afecta todos los parámetros de consumo y los viajes vacacionales no son una excepción. La menor renta disponible en muchos hogares determina viajes más cortos y una reducción del número total de viajes a lo largo del año. Semana Santa es un periodo especialmente propicio para una escapada corta, pero puede que este años fuera a costa de otros desplazamiento. Sí, es cierto que tras el éxito de la semana santa las expectativas estaban demasiado altas. Además, se ha notado también la competencia entre comunidades autónomas para captar españoles.
El último informe sobre la importancia del sector turístico en la ciudad de Alicante destaca que posibilita una facturación de 800 millones de euros al año. ¿El tardeo es positivo?
Los retos son bien conocidos pero difíciles de alcanzar. Desestacionalizar y captar segmentos con mayor gasto. Llevamos años diciendo que todo esto pasa por la colaboración público-privada para diversificar nuestra oferta y comunicarla de manera atractiva. La incidencia turística del tardeo atañe a hostelería, pero es muy limitada en términos de pernoctaciones y estancia turísticas. En realidad, se trata de una forma de ocio urbano que puede atraer visitantes puntuales pero no turistas. En Alicante hay otras potencialidades que podrían sustentar líneas de trabajo para desestacionalizar y diversificar el turismo. Sigue faltando trabajo conjunto y empeño.
El turismo no va mal, pero no tira tanto del empleo. ¿Hay alguna explicación?
El turismo es un sector intensivo en capital humano y realiza una contribución importante a la generación de empleo. Sin embargo, la coyuntura económica ha conducido a ajustar al máximo los costes, incluido el de personal. Efectivamente, se ha visto como, a pesar de mantener buenas cifras de ocupación, se ha destruido empleo. Una tendencia negativa que afecta también a las condiciones laborales del personal empleado y que puede repercutir en la calidad del servicio. Otra cuestión relevante es que la economía sumergida y la oferta alegal de apartamentos apenas repercute en el empleo.
¿Hay alguna fórmula para estirar la temporada turística?
Es el gran reto. Benidorm ha conseguido mantener una actividad turística desestacionalizada. La ciudad de Alicante tiene una oportunidad de prolongación de su temporada con la salida de la Volvo Ocean Race en octubre. Otros destinos trabajan ofertas específicas como el turismo activo, la gastronomía o los congresos. Desde luego, necesitamos ser más creativos para promover ofertas atractivas durante todo el año. El turismo se ha convertido en un mercado de experiencias en el que habría que preguntarse constantemente qué estamos ofreciendo y a quién. En muchas webs oficiales de destinos litorales, en noviembre por ejemplo, continúa ofreciéndose lo mismo que en agosto. Así es imposible desestacionalizar.
¿Es sostenible trabajar con ofertas en agosto?
Las ofertas son un recurso habitual para aprovechar tanto la reserva anticipada como la de última hora. Son indicativas de la enorme competencia que afrontan las empresas turísticas. Las ofertas resultan normales también en agosto, y forman parte de la estrategia empresarial. Lo contraproducente son las guerras de precios a costa de la calidad de la oferta. El problema surge cuando necesitas llenar cada vez más para ganar lo mismo o menos. No es sostenible.
¿Qué le parecen las lanzaderas del AVE desde Villena? ¿Tren de la costa?
Los datos demuestran que no es la solución más eficiente. La solución pasa por la intermodalidad desde la ciudad de Alicante. La estación intermodal es el proyecto fundamental para aprovechar todo el potencial del AVE e irradiarlo al resto de la Costa Blanca. En cuanto al tren de la costa, es un proyecto que tendría una notable capacidad de vertebración, siempre que conecte el litoral con Valencia, alcance unos niveles aceptables de rapidez y solucione los problemas de intermodalidad con otras infraestructuras clave, como el aeropuerto y la estación del AVE. Otro aspecto a tener muy en cuenta será cuidar su impacto.
