La situación en las aulas ha sido únicamente de «disconfort térmico» y el índice de las mediciones oficiales de los técnicos del INVASSAT (Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo) «ha sido inferior al que se considera límite» por lo que se podía continuar con el trabajo «de forma controlada».

La vaguedad de estas conclusiones, que no van acompañadas ni del nombre de los 3 centros en que se midió la temperatura en toda la provincia de Alicante entre el 8 y el 12 de septiembre, ni de la hora a la que se hizo, ni tampoco de la temperatura alcanzada, sirvieron ayer a la consellera Catalá para dar carpetazo al calor en las aulas que ha marcado este prematuro arranque del curso en opinión de toda la comunidad educativa, incluidos los padres de : «Nunca defendimos empezar antes», asegura el presidente de la FAPA Gabriel Miró, Ramón López.

Mientras los estudiantes, en su mayoría de institutos de la Playa de San Juan, se manifestaban desde Luceros a la sede del Consell denunciando la «falta de medidas frente a la ola de calor y los recortes», y pidiendo a voz en grito la dimisión de la consellera, la propia Catalá recordaba que «el horario lectivo es sagrado», emplazando a los que protestan a final de curso para «hacer una valoración sobre el calendario».

La escasa afluencia de alumnos a la manifestación contrastó con un mayoritario 60% que no acudió a las aulas: «Si no luchas, nadie te escucha», advertían sus compañeros en las pancartas. Educación cifró el seguimiento del paro en un 18%.

Inicio problemático

La Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) abordó un debate sobre las «distintas problemáticas» detectadas en el inicio de curso. Los directores de colegios e institutos, Fernando Fernández y Raquel Royo, coincidieron en que cuando un curso se puede organizar no se nota nada, pero que la improvisación obligada con apenas dos días de margen «se contagia al alumnado y cuesta mucho reconducir». El currículum se publicó en verano y el calor «colmó el vaso», dijeron.

Por la FAPA Enric Valor, Sonia Tirado hizo hincapié en la pérdida de bienestar y calidad por los recortes en las becas, y el inspector Vicente Díaz subrayó que más allás de problemas puntuales urge introducir cambios para mejorar.