El móvil trae con frecuencia de cabeza a su dueño, y no ya únicamente porque le falle la cobertura en un momento dado o porque se pase las horas enganchado a las prestaciones que le ofrece el aparato. Los problemas relacionados con la telefonía no fija encabezan la lista de motivos por los cuales los alicantinos acuden a las Oficinas del Consumidor. Un mal funcionamiento del servicio y las incidencias relacionadas con la facturación o los servicios ofrecidos por la compañía -o, más bien, aquellos que se esperaba recibir y no se ofrecen- son las principales cuestiones que animan al usuario a presentar una reclamación.

La última Memoria del Comité Económico y Social de la Comunidad Valenciana (CES) lo deja bien claro: a lo largo de 2013 se presentaron en la provincia 908 denuncias y reclamaciones relacionadas con los servicios de telefonía, un 40% más que el año anterior. Las telecomunicaciones se situaron de esta forma por encima de los problemas con las entidades bancarias, que en 2012 se habían colocado a la cabeza en cuanto a las quejas de los consumidores. Ahora, las incidencias vinculadas a las hipotecas y los préstamos personales se quedan bastante atrás, con 221 denuncias y reclamaciones, aunque siguen entre los primeros puestos. Problemas con los servicios de luz, transporte y las compras efectuadas en algún comercio son otros de los asuntos por los que los alicantinos más reclaman ante servicios públicos de atención al consumidor o asociaciones de defensa de los derechos de los usuarios.

El portavoz de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu), Julián Tío, explica que la facturación de un servicio «no pedido o no utilizado» es uno de los problemas más frecuentes. Otro aspecto destacado es, en este sentido, la aplicación de una penalización no anunciada o que el usuario cree que le ha sido mal explicada a la hora de hacer una «portabilidad», es decir, cambiar de compañía telefónica. Asimismo, los servicios contratados por teléfono suelen derivar en quebraderos de cabeza.

Cuando se presenta un problema de este tipo, señala, «es difícil demostrar qué se ofreció exactamente en esa llamada» y quién era el operador. Además, suelen poner trabas a facilitar contratos. Aún así, destaca, lo importante es «reclamar» siempre que se crea que ha habido algún abuso.