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Jorge Olcina Cantos

«Con septiembres cada vez más calurosos no es lógico comenzar el curso antes del día 15»

El experto eliminaría puentes y días sin actividad para empezar más tarde las clases

«Con septiembres cada vez más calurosos no es lógico comenzar el curso antes del día 15» Isabel Ramón

El calor de este sofocante de septiembre ha obligado a los escolares a compartir bolígrafos, libretas y tablets con el ventilador el abanico y el agua mineral en las aulas. ¿Lo ve lógico?

Desde el punto de vista climático, y analizando la tendencia que nos ha deparado septiembres cada vez más cálidos de los últimos años, creo que comenzar el curso antes del 15 de septiembre es poco lógico. A lo largo del año se pierden días entre puentes y semanas sin actividad que podrían aprovecharse y permitir así un inicio del curso más acorde con las condiciones climáticas de nuestro territorio. Sólo cabe pensar que algún argumento de peso, que no nos han contado, debe haber manejado la Administración para fijar un inicio de curso tan temprano. Si no, no se entiende bien el porqué de la decisión.

¿Qué se puede entender por cambio climático?

Es un proceso normal en el clima terrestre. El clima siempre ha cambiado y lo va a seguir haciendo. Pero hasta ahora lo había hecho por causas naturales. Lo preocupante del actual proceso de cambio climático es que se ha sumado un factor nuevo, como son las emisiones de gases procedentes de la quema de combustibles fósiles, los llamados gases de efecto invernadero que están ocasionando un forzamiento calorífico en la atmósfera terrestre. Es lo que llamamos calentamiento global.

Los científicos sostienen que los veranos serán más largos y los inviernos más suaves. ¿Eso es bueno o malo?

Es lo que nos están señalando los modelos del Panel del Cambio Climático de la ONU para la región mediterránea. Y si no cambian las cosas, es decir, si no se frenan las emisiones de gases de efecto invernadero, es a lo que nos enfrentaremos en las próximas décadas. No es que sea bueno ni malo. Será diferente y a ello nos tendremos que aclimatar. Es otro de los escenarios negativos de este proceso de globalización que estamos viviendo.

¿Llegará un día en que la primera línea de costa será engullida por el mar?

Los modelos en el Mediterráneo no están indicando eso. Subirá el nivel del mar pero no de forma tan brusca. Al menos aquí no. Otra cosa es que a cualquier persona sensata no nos guste la destrucción de la costa que se ha llevado a cabo en muchas zonas de nuestro litoral. Y lo peor es que la nueva Ley de Costas ha amparado estas actuaciones irracionales.

¿Está preparada la provincia para una catástrofe natural?

Está mejor preparada que hace 30 años, pero nunca se está preparado del todo. Es decir, el riesgo cero no existe. Pero si se actúa con prudencia en el territorio se puede mitigar en gran medida el efecto de una gran catástrofe. Otra cosa es que reflexionemos si en nuestra provincia y en la Comunidad Valenciana se ha actuado de forma prudente sobre el territorio en las dos últimas décadas. Y la respuesta es que no. Y esto ha provocado que ahora tengamos más población y actividades económicas expuestas al riesgo potencial de desastres naturales que hace 30 años.

¿La falta de agua puede ser la mayor amenaza para la provincia en los próximos años?

Yo hablaría de los extremos del agua. Es decir, de la sequía y de la inundación. Son las dos caras de la moneda del clima mediterráneo. Eso nos obliga a tener bien planificados los recursos de agua para poder afrontar situaciones frecuentes de sequía. Y también a tener preparado nuestro territorio para evitar daños con ocasión de las lluvias torrenciales. Vivimos en un territorio dinámico en lo socioeconómico, pero complejo en lo ambiental. Debemos hacer compatible un desarrollo que sea respetuoso con el medio para evitar que éste pueda sorprendernos con efectos no deseados cuando ocurren episodios naturales extremos.

¿El desarrollo urbanístico que sufrió la provincia se ha convertido en un problema a la hora de plantear acciones de prevención contra las lluvias torrenciales?

El enorme desarrollo urbanístico transformó en zonas urbanizadas áreas con riesgo de inundación. Y ello ha supuesto un incremento de la exposición de las personas que allí viven al riesgo de inundación. Es cierto que desde 2002 tenemos legislación para prohibir la ocupación urbanística de áreas con riesgo de inundación. Y que la Ley del Suelo de 2008 obliga a elaborar mapas de riesgo y a impedir la ocupación de las áreas con riesgo. Lo que hay que hacer es cumplir estas normativas a rajatabla porque están en juego vidas humanas.

¿Tendrá consecuencias para los sectores productivos de la provincia?

En muchos países del norte de Europa llevan años reflexionando sobre las consecuencias del cambio climático y planteando medidas de adaptación. En España vamos muy retrasados en este tema. Y eso que hay sectores económicos muy expuestos a los cambios ambientales (agricultura y turismo). Las Administraciones deberían tomar cartas en el asunto desde ya. Hay mucho dinero en juego. Y si se hace desde ahora hay soluciones poco costosas de adaptación. Por ejemplo, a lo mejor habrá que plantear cambios en las especies cultivadas, o ampliar la temporada de turismo de verano, etc. Son medidas que si se van pensando, evaluando sus costes desde ahora, serán menos costosas. Si no, nos tocará correr luego y gastarnos más dinero, como suele ser habitual.

Cuando habla de que la Administración debe tomar medidas, ¿a qué tipo de acciones se refiere?

A medidas de todo tipo. Construcción de infraestructuras (canalización, gestión hídrica, defensa de las costas). Programas de concienciación social de esta cuestión. Nos hace falta más educación para el riesgo. Planes de adaptación al cambio climático por sectores económicos. Edificación sostenible y energéticamente eficiente. No hay que inventar nada nuevo. Hay países que están llevando a cabo este tipo de medidas desde hace años. Lo único que se requiere es voluntad de hacerlo.

¿Están adaptados los PGOU a los modelos de cambio que indican los paneles del cambio climático?

Ojalá. Ningún PGOU de nuestra provincia incluye estudios serios y medidas de adaptación al cambio climático. Pero no es nada nuevo. Hay muy pocos que incluyan estudios, mapas y medidas para evitar inundaciones o sequías y eso que son riesgos a los que estamos acostumbrados. Afortunadamente la Ley del Suelo de 2008 ha incluido algún artículo que aboga por la sostenibilidad de los territorios. Lo que es deseable es que se cumpla, como se ha señalado.

¿La ciudad de Alicante está preparada ante un evento similar al del 30 de septiembre de 1997, ahora que estamos en pleno riesgo de la famosa gota fría?

Sí, está mejor preparada. Hemos aprendido a golpe de desastre, pero el Plan Antirriadas y las obras de construcción de depósitos de agua pluvial que ha ejecutado Aguas de Alicante en la ciudad son ejemplares en este sentido. Eso no quiere decir que no existan aún zonas de la ciudad con riesgo de encharcamiento si llueve fuerte. Pero el nivel de riesgo que teníamos en la ciudad en los años ochenta o noventa del pasado siglo se ha reducido considerablemente.

¿Cuál es el futuro del Laboratorio de Climatología?¿En cuanto mejore la situación económica tienen pensado en realizar proyectos relacionados con el clima de Alicante, como por ejemplo mediante la instalación de una red de estaciones por las montañas de la provincia? ¿Está considerada la profesión de geógrafo como experto que es en clima? ¿Cuál es el trabajo que se realiza en el laboratorio?

En el Laboratorio de Climatología, adscrito al Instituto de Geografía, llevamos a cabo una labor modesta pero constante. En estos años de dificultad económica se ha notado la reducción de fondos públicos para la investigación y especialmente en las becas de los jóvenes licenciados. Esto es lo más doloroso, en mi opinión. Estamos dejando sin posibilidad de realizar investigaciones útiles para la sociedad a una generación joven enormemente preparada. Esto es una vergüenza y lo pagaremos como país en el futuro. A pesar de ello seguimos desarrollando investigaciones relacionadas con los efectos del cambio climático en la provincia de Alicante, sobre los efectos del tiempo y clima en la salud humana, sobre la importancia de la «isla de calor» de la ciudad y sus consecuencias en la temperatura sensible o sobre la adaptación a las sequía de los sistemas de gestión de agua en las ciudades. Creo que en esto la geografía es una ciencia de gran utilidad para la sociedad y tiene cosas que decir.

¿Qué opina de las páginas web que hablan del tiempo con previsiones al minuto?

Es algo fantástico. La proliferación de información a través de internet, de las redes sociales, y de las aplicaciones en los móviles manifiesta el gran interés que hay por este tema en la sociedad. Y la aparición de asociaciones de aficionados a la meteorología ha sido un soplo de aire fresco, muy enriquecedor para el conocimiento del tiempo y clima en nuestro país. Y nuestra provincia de Alicante es un buen ejemplo de ello, con cientos de amantes del tiempo y clima a lo largo y ancho de su territorio.

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