Los estudiantes valencianos han trasladado hoy sus protestas a la Conselleria de Educación para reclamar la suspensión de las clases y medidas para paliar el calor en las aulas, mientras su titular, María José Catalá, ha pedido "responsabilidad" y que "no se haga política en las aulas".

Cientos de alumnos de institutos de secundaria -unos 1.500 según las estimaciones de la Policía Nacional- se han concentrado en la Conselleria donde han llegado en manifestación desde las Torres de Serranos cargados con abanicos y botellas de agua.

De esta manera han continuado hoy las protestas de los alumnos de la Comunitat Valenciana por el calor que sufren en las aulas desde el inicio del curso escolar el pasado 3 de septiembre, con temperaturas que ayer alcanzaron una máxima de 37,6 grados en el observatorio del aeropuerto de Manises, el valor más alto de Europa en la jornada de ayer según la Agencia Estatal de Meteorología.

También alumnos de diversos institutos de la ciudad de Elche se han concentrado ante las puertas del Ayuntamiento para exigir soluciones frente a las altas temperaturas.

La consellera de Educación y portavoz del Gobierno valenciano ha dicho, en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, que respeta "todas las convocatorias de manifestaciones y huelgas", pero apela a la responsabilidad.

Ha asegurado que ningún centro educativo valenciano se cerró ayer por el calor, que en Castellón ningún colegio suspendió las clases y que en Valencia y Alicante se dieron "una decena de incidencias que se subsanaron con la intervención de los inspectores y ayuntamientos".

"El calor es una situación puntual y excepcional", según la consellera, quien ha explicado que se han emitido recomendaciones pese a que no se ha declarado riesgo para la salud.

"Los sindicatos tiene elecciones pronto, se juegan mucho", según ha declarado la consellera, quien cree además que los partidos de la oposición también aprovechan la coyuntura del inicio del curso escolar para hacerse visibles.

El diputado de Compromís en Les Corts Juan Ponce ha acusado a Catalá de mentir "al decir que no existen datos objetivos para suspender las clases y que por eso no se suspenden", cuando él asegura haber constatado temperaturas de 35 grados en algunas aulas del instituto de secundaria de Vilamarxant y haber visto salir "estudiantes mareados y con cefaleas" al mediodía de ayer.

Sobre la petición para que se vuelva al calendario escolar de años anteriores, Catalá ha afirmado que todos los años "el calendario se negocia y se valora" y que para el próximo curso se hará "lo mismo".

A las puertas de la Conselleria que dirige, los estudiantes han protestado durante más de una hora y media con pitos, gritos y pancartas y, en la lectura de un manifiesto, han invitado a la consellera "a pasar una agradable mañana" en las instalaciones de los centros escolares, que se han convertido "en una sauna".

Los alumnos han denunciado que sufren temperaturas que superan los 34 grados y una humedad superior al 70 %, que provoca una sensación térmica de más de 40 grados, mientras que el límite legal en las aulas es de 27 grados, junto al aumento de alumnos por aula.

"Todo esto por los recortes y las continuas modificaciones del sistema educativo", han criticado.

Hoy el Sindicat d'Estudiants ha anunciado la convocatoria de una jornada de huelga de estudiantes de toda la Comunitat Valenciana para el próximo jueves, 18 de septiembre, para exigir una solución "inmediata" al problema del calor.

Durante la concentración en la sede de Educación, cuatro alumnos y dos padres de alumnos del IES Tavernes Blanques han sido recibidos por el secretario autonómico de Educación y Formación, Manuel Tomás, y el subsecretario de la Conselleria, Jesús Carbonell, quienes han explicado que no es proporcionado suspender las clases al no existir "ninguna alerta ni situación de emergencia" por elevadas temperaturas.

Según ha informado la Conselleria, se ha ofrecido la posibilidad de estudiar casos concretos en determinados centros que por las características de su estructura puedan registrar temperaturas más elevadas, y se les ha indicado que los directores de los centros pueden adoptar medidas organizativas para evitar la exposición en las horas de máximo calor.