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¿Hemos dejado atrás la crisis?

Hay una recuperación tan tímida que nadie se atreve a decir que ve el final

Una crisis prolongada y agotadora cuyo símil es un larguísimo túnel tiene a todos los sectores económicos alicantinos en vilo. El Gobierno asegura que ha comenzado la recuperación, pero la percepción y sobre todo, la experiencia de quienes trabajan a pie de calle es que hay una mejoría, pero es tan lenta que no se atreven a decir que hay una evolución significativa.

La exportación ha sido el refugio de sectores como el calzado

exportacióncalzado o la cerámica cuando el mercado nacional estaba paralizado por el miedo y la falta de recursos y no consumía. Sectores como el de la cirugía estética han ido a buscar a ciudadanos europeos para compensar el bajón de los nacionales. La construcción se refugia ahora en la venta inmobiliaria a extranjeros. Los supermercados se han beneficiado del cambio de hábitos de los consumidores, que han aprendido a gastar lo que tienen, no más. El sector tecnológico vive una época de crecimiento apostando por las redes sociales y la internacionalización. Los abogados han llenado sus despachos de las consecuencias de la crisis: asuntos contra la banca, hipotecas, despidos y regulaciones de empleo, concurso de acreedores; más trabajo pero peor pagados: han tardado en cobrar o ni siquiera lo han hecho cuando sus clientes no tenían capacidad, y a ello se suma el colapso judicial, en juzgados como el de lo Social se acumulan más de 3.000 asuntos. Los pesimistas ven un paralelismo con Japón, sin crecimiento durante una docena de años. Todos saben que la crisis tiene un fin, pero no le ponen fecha porque siguen subidos en el trapecio y haciendo equilibrios.

José Alberto Ferrer. Abogado, bufete Ferrer-Pallás. Las consecuencias de la crisis pasan por su despacho.

«Hemos tenido mucho trabajo de calidad regular»

Ha vivido tantas crisis como las circunstancias de cada uno de sus clientes. En estos años ha aumentado su trabajo por los problemas laborales, el cierre de empresas, los impagos, pero ha visto reducida la calidad del mismo: «Hay dificultad para terminar los asuntos. Los deudores están mal y te toca ponerte a la cola para cobrar». También percibir sus honorarios se ha hecho más complicado. Con la crisis muchas parejas aplazaron separarse por motivos económicos y desde hace un año vuelven a ser habituales. Y han aumentado las reclamaciones por impago de pensiones. «Hay más lentitud en los juzgados por el gran volumen y hay más dificultades para cobrar». El IVA le ha dado mucho trabajo: «No hay empresa o autónomo que no haya buscado aplazar el pago». Y percibe que «el ámbito privado va mejor que el público».

Susi Leán, gerente del concesionario Motos Lean. Septiembre ha comenzado con buenas expectativas.

«En julio de 2008 vendí 128 motos, este año 31»

Muchos de sus clientes compran una moto para eliminar los gastos que supone un coche sin perder un vehículo. «Quien viene a financiar es porque sabe que puede, el que no ni lo intenta. Vendemos sobre todo a funcionarios y empleados fijos». Le preocupa el veto ruso, porque las pérdidas de un sector acaban repercutiendo a todos al bajar el consumo. Este verano ha sido algo peor que el pasado, pero septiembre ha empezado bien, seis matrículas y mucho interés por comprar. Ello le hace tener «buenas expectativas». Lamenta que «las pequeñas empresas estamos avalando con nuestro patrimonio. De 2009 aquí hemos caído en picado, éramos doce trabajadores y ahora somos nueve». Exige más ayudas. «Los pequeños somos los que levantamos todo y necesitamos ayuda y que la banca abra el crédito».

José Bernabeu Santonja, consejero delegado de Hiperber. 60 tiendas en la provincia y prevé 5 aperturas

«Bajamos los precios, pero cuesta levantar la venta»

El año ha sido bueno, espera crecer un 5%, aunque el verano ha sido más flojo que el anterior, y lo achaca a que los exámenes en julio y la vuelta al «cole» ha reducido la campaña de verano. El veto ruso ha hecho crecer la fruta y la verdura en los expositores, se vende más barato pero no significa que se venda más. «Los operadores defendemos nuestro castillo, forzamos precios hacia abajo y nos cuesta crecer». Considera que los españoles han vuelto al supermercado. «El cliente es más racional. Prefiere ir más veces a la tienda. Estamos aprendiendo a gastar lo que tenemos». Espera acabar el año con 700 trabajadores, un 6% más de plantilla. «Llevamos unos años creciendo en empleo y venta, y no es fácil. Llevo 24 años y siempre hemos tenido la misma guerra. No nos hemos hecho ricos, ni pobres».

Daniel Havillio, director departamento de innovación Energy Sistem. en dos años ha aumentado un 30% su plantilla.

«Innovar para crecer y crecer para seguir innovando»

«Una estrategia de empresa estable y en expansión internacional» ha logrado aumentar su facturación más del 20%. Nota más estabilidad del mercado e interés de los clientes por los smartphones, lo que les hacen ser optimistas para la campaña de Navidad. En dos años ha incrementado su plantilla un 30% y destina más del 10% de la facturación en investigación, desarrollo e innovación. «La exportación es un pilar estratégico y representa más del 25% de la facturación. Estamos en más de 60 países y prevemos un crecimiento del 40% en los próximos años». Considera «fundamental» la presencia online de las empresas, su web está en cinco idiomas, y en redes sociales, un trabajo diario en el que se apuesta por la interacción con el usuario y hacerle partícipe. El facebook de Energy tiene más 500.000 seguidores.

Alfred Vincent, dr. gral. adjunto Cerámica La Escandella. Su apuesta les ha hecho estar presentes en 70 países.

«La exportación supone el 60% de nuestra facturación»

Tomando los almacenes de construcción como indicador de la situación económica en el mercado nacional «percibimos un ligero repunte en el consumo, que se traducirá en cifras iguales o superiores al año pasado». Una recuperación que no ve en la teja cerámica que produce. Prevé mantener en 2014 la cifra de negocio «con gran esfuerzo» y en 2015 un crecimiento en el mercado nacional. La Escandella se ha beneficiado de su filosofía exportadora y ha visto en la crisis una oportunidad de negocio para potenciarse en los mercados exteriores, pasando de un 25% sobre la facturación en 2008 a representar el 60%, y llegando a más de 70 países. «Tras 7 años de crisis en nuestro sector, están por venir momentos mejores que se adelantarían si las entidades financieras participaran más en el apoyo al tejido industrial».

Amparo Miralles, dra. comercial de Pedro Miralles. Su volumen de exportación hoy es del 50%.

«Cuando el comercio mejore la industria lo notará después»

«No hemos notado mejoría, hasta que llegue a la industria el primero que debe notarlo es el comerciante y eso al menos son ocho meses». A pesar de todo, admite que comienza ahora a ser optimista. Ser una empresa con una amplia trayectoria y sobre todo, con una exportación que ya funcionaba bien en los buenos tiempos ayudó a que, cuando llegó la recesión, la empresa zapatera se apoyara en los mercados internacionales ante la debilidad del nacional. «Ya éramos fuertes entonces y nos habríamos anclado en el pasado si no nos hubiéramos abierto mercados nuevos». Hasta 2008 su volumen de exportación era del 40% y en la actualidad es del 50%. «Mes a mes todos nos hablan de que ven una ligera mejoría, pero es un porcentaje muy pequeño, no para cantar victoria. Al menos el consumo ha dejado de caer en picado».

María del Mar Marín Aracil, dueña de un horno tradicional con 80 años de historia. Ha reducido su plantilla.

«Antes cerrábamos 21 días, ahora hacemos turnos»

Elabora un producto esencial, pero la crisis también le ha pasado factura y este verano ha sido «muy malo». Quiere ser optimista, aunque no ve mejoría en la situación económica y da gracias por tener un medio de vida «del que comen cinco familias». «Facturamos menos en cada campaña y sigo pagando lo mismo. Me cuesta más porque gano menos”. Cuando estalló la crisis eran siete trabajadores, y actualmente son cinco. Lleva una década con los sueldos congelados «y también los precios, pero a nosotros nos los suben todos los años, la luz es una ruina, y cada tres meses el IVA...». Su clientela es fiel, pero han notado un bajón. «Antes no preguntaban los precios, ahora sí. Y quien se llevaba cinco barras ahora se lleva tres. En Navidad vendíamos un mes antes, ahora a tres días de Nochebuena».

Diego Ramírez, jefe de recepción hotel Mío Cid. Mantienen una ocupación media del 70% durante 2014.

«Trabajamos con los mismos precios del año pasado»

Apenas ha notado cambio entre este verano y el pasado y considera que se nota una mejora de la situación económica respecto a dos años atrás. La media de ocupación a lo largo del año supera el 70% y en agosto, que es el mes más fuerte, ha sido de 97,20%, un 0,4 menos que en 2013. Reservas de última hora, venta directa y mayoría de cliente nacional son las características de este mes. Junio y julio se caracterizaron por una política de ofertas para captar clientes, aunque los precios se han mantenido igual al año pasado, con un euro al alza de diferencia. «En septiembre cambia el mercado, viene gente de negocios que se mezcla con el turismo. Y tenemos buenas impresiones y pensamos que, si no mejor, al menos va a ser igual que el año pasado». En verano aumentan los contratos de limpieza y cocina, que finalizan en octubre.

José Salvador Sanz. Cirugía plástica, reparadora y estética, Hospital Medimar.

«Hemos buscado clientes en los mercados extranjeros»

«El 2012 fue muy duro y eso no lo hemos visto este año. Veo una mínima recuperación, pero no raíces vigorosas como dice el Gobierno. Pero sí está mejor la situación y tengo la sensación de que a partir de ahora será mejor». El sector de la cirugía estética, «como todos», también ha sufrido la crisis y la fórmula para capearla ha sido «diversificar la cartera de servicios y aumentar el mercado. Nos hemos reinventado para mantener el ritmo». Han captado sobre todo a ingleses y alemanes que hacen turismo sanitario o que viven aquí. Entre 2003 y 2005 muchos pacientes no preguntaban cuánto les costaría la intervención. «Hoy está informado, busca en internet, pide diferentes presupuestos, nos vuelve a preguntar haciéndose pasar por otra persona». «La alegría de antes veo difícil que vuelva porque supondría tener mucho crecimiento económico».

Carmen Pomares, dra médica clínica Perio Implant. Se ha adaptado a sus pacientes con facilidades de pago.

«Los tratamientos que se aplazaron vuelven a hacerse»

Los pacientes que aparcaron tratamientos durante la crisis han comenzado a ponerse en sus manos porque tienen más confianza en la situación económica y también «porque estamos dando muchas facilidades de pago, somos conscientes de que un tratamiento complejo no es igual para todos los bolsillos». Ha mantenido la clientela incluso durante los años de crisis, aunque ha notado un cambio sustancial en la forma en la que las personas afrontan el tratamiento que se van a hacer, «incluso aunque sea urgente». El paciente es más racional y piensa mucho afrontar una intervención que le llevará meses. En los últimos tiempos «ya no tiene tanto miedo a meterse en gastos, pero esa rápida recuperación que esperábamos va a ser gradual». Y a pesar de todo, la alegría que se veía hace años en la consulta ya no se ve.

Antonio López Albert, presidente cooperativa agrícola del mañán. No ve relevo generacional.

La crisis se llama sequía para los agricultores

«Si esto pasa hace 30 años, sin instalaciones de riego, sería hambruna y emigración». La sequía ha reducido a más de la mitad la cosecha de uva, pero al menos la vid no se ha secado. Los agricultores de Pinoso a la crisis la llaman sequía. Que un almendro o una vid se seque es muy significativo para ellos. Los agricultores son cada vez más mayores y no hay relevo. No invierten en nuevos cultivos porque para cuando vayan a estar en condiciones para dar sus frutos ya no tienen fuerzas y los jóvenes «prefieren un sueldo cada mes». Hay quienes ofrecen su casa y finca para, al menos, mantener la tierra y los cultivos, pero no encuentran quien las explote, a cambio de quedarse con la cosecha. En la cooperativa de 76 socios, 15 tienen menos de 65 años y sólo 7 se dedica al 100% a la agricultura.

José Vicente Ponzoda, gerente sociedad textil lencera. Su crisis comenzó antes, con la competencia china.

«Si el consumo despertara no podríamos abastecerlo»

«No están las cosas tan durísimas como estaban, ahora están duras». Con 45 años en el sector, afirma no haber vivido jamás una situación parecida «ni en los 70, entonces se vendía poco, ahora no se vende». Afirma que ha aguantado gracias a la exportación, «ya teníamos una base y es difícil porque es un esfuerzo económico, de tiempo y de equipo, pero ha sido la única manera de lograr sobrevivir». Sólo se mantiene una de las 9 empresas referentes en Madrid a las que cada temporada presentaba su muestrario y cuya aprobación suponía el éxito de la temporada. «Y eso es horroroso». Ha tenido que reajustar plantilla y afirma que hasta que no aumente el empleo y remonte el consumo su sector no mejorará. «A todos nos bajaron a la realidad de un empujón y nos tenemos que adaptar a lo que somos y lo que tenemos».

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