¿Cómo se traducen sentimientos como el miedo, la alegría o el enfado a un ordenador?
Lo más fácil es buscar reglas que encuentren ciertos patrones en el texto. Nosotros lo que hacemos es enseñarle a reconocer los sentimientos humanos a través de ejemplos. Esta persona con estas palabras está mostrando tristeza o una opinión favorable de este producto. Por ejemplo: « A mí me gusta este móvil porque le dura mucho la batería»; entonces, nosotros podemos etiquetar una opinión favorable a la batería y al móvil, y el ordenador ya sabe que una opinión como esa es favorable. Si le pongo muchos ejemplos, el sistema va aprendiendo de forma estadística, con un sistema de aprendizaje automático.
¿Qué utilidad tiene el análisis computarizado de los sentimientos y las opiniones?
Es muy interesante, por ejemplo, para las empresas. A una empresa le puede interesar qué características de un nuevo móvil le gustan realmente a la gente y, de forma, que esa gente no sepa que están siendo interrogados. En la prevención de suicidios, un suicida tiene muchas posibilidades de manifestar su intención suicida antes de hacerlo y ahora todas las personas expresan sus problemas o inquietudes en las redes. En política, tenemos una aplicación que nos valora en tiempo real la opinión en la última hora, en la última semana y en el último mes de la gente sobre los partidos políticos más importantes.
Se abre un abanico de posibilidades muy amplio.
Ya lo hemos probado en partidos de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid, y cuando uno de los dos equipos marcaba un gol, enseguida las opiniones para ese equipo eran favorables y para los otros bajaban. También sirve para ver tendencias. Si de repente hay muchos comentarios positivos y analizas el por qué, tal vez puedas relacionarlo con unas declaraciones de alguien que ha dicho algo. En un debate, estaría muy bien para saber cuándo un político está metiendo la pata.
¿Esta tecnología sirve para controlarnos?
Sí. La verdad es que sí. Como mucha tecnología, esto es un arma de doble filo. Nosotros lo hacemos en redes abiertas y tú debes saber que lo que públicas ahí es parte del mundo. Por supuesto que tenemos que respetar la privacidad de las personas pero si publicas en una red como twitter, se trata de una red abierta.
Dice que es un arma de doble filo,¿qué peligro pueden tener estas aplicaciones?
La falta de privacidad. Empresas como google o facebook, con esta tecnología, podrían violar tu privacidad de muchas formas. Luego hay gobiernos que respetan más la privacidad que otros. Por fortuna, nosotros estamos en Europa donde las leyes de privacidad de los ciudadanos son muy severas.
¿Han recibido ya ofertas de empresas?
Sí. Ya tenemos ofertas de empresas que están interesadas en nuestra tecnología. Por ejemplo, Human Life, que es un gestor de redes sociales, y tenemos algunas cosas que aún no están cerradas y no te las puedo decir. De política, de momento nada, porque no tienen dinero para estas cosas
¿Cómo se les ocurrió esta idea?
A todos los investigadores nos gusta estar en la frontera de la investigación y hacer cosas difíciles. Entonces vimos una necesidad en el mercado y, además, que se trataba de un buen mercado y poca gente trabajando en este área.
En un ranking mundial, ¿dónde estarían situados los investigadores españoles en esta disciplina?
Estamos muy bien situados. Publicamos en revistas importantes y tenemos resultados que no tienen nada que envidiar a otras empresas. Mi grupo, en concreto, es de los que más cosas aplicadas tiene en el mercado.
En un futuro, ¿será posible llegar a casa y ante una queja como «Que día más duro en el trabajo» un ordenador nos preparará un baño espumoso?
Sí. Eso será posible. Ya hay casas muy inteligentes. Se están haciendo cosas muy interesantes. Nosotros estamos enfocados en el lenguaje, pero hay otros grupos que, por ejemplo, tratan de detectar las emociones de tu cara y que un robot las pueda interpretar.
