Ayer se produjeron los primeros casos de desmayos de importancia entre alumnos a consecuencia de las elevadas temperaturas que se vienen registrando en las aulas, hasta el extremo de que los equipos directivos tuvieron que llamar a sendas ambulancias.

En el Instituto público de San Blas, los vómitos y dolor de cabeza en tres de los alumnos desembocaron finalmente en un caso más grave de una de las chicas que requirió atención sanitaria especializada. La ambulancia la trasladó al Hospital General donde se le hicieron las pertinentes pruebas, sin necesidad de quedar ingresada, como señalaron desde el centro al que volvió más tarde.

También el colegio concertado San José de Carolinas, que alcanzó los 33 grados en sus aulas, solicitó una ambulancia por los desmayos de un alumno que sufrió un golpe de calor, recuperado más tarde. En los Jesuitas han decretado no llevar uniforme hasta que no bajen las temperaturas.

La generalidad de los institutos suspendieron clases a partir del mediodía o salieron al patio, como Virgen del Remedio, Leonardo Da Vinci o Radio Exterior, entre otros, y en Doctor Balmis hubo lipotimias entre el profesorado e indisposición de alumnos, aunque sin mayores consecuencias. Ante las repercusiones por la falta de medidas, FETE exigió ayer de Educación una «solución urgente e inmediata ante el riesgo de estrés térmico», y calificó de «intolerable» la «falta de acondicionamiento» que impide emplear con normalidad las aulas estos primeros días del curso.

Responsabilidad

El STEPV, por su parte, responsabiliza al presidente Fabra y a la consellera María José Catalá «de los casos que afectan a la salud del alumnado por el fuerte calor», tras la negativa de esta última a suspender las clases. Ayer mismo Catalá reiteró que «si se suspenden las clases cada vez que hace mucho calor, no sé si llegaríamos a cumplir el horario lectivo». No obstante matizó que los directores son competentes para suspenderlas si no se cumplen las condiciones de normalidad «y motivan las circunstancias».

Frente a las denuncias ante Trabajo apuntó que «veremos a dónde llegan», asegurando que «el Consell tiene la situación totalmente controlada» y confiando, no obstante, en que «las temperaturas bajen» para que la comunidad educativa «pueda trabajar con absoluta normalidad en los centros». Insistió finalmente en que el curso pasado las mayores temperaturas se registraron en la segunda quincena de septiembre y que «no se puede prever».

El catedrático y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, precisa con datos oficiales de la histórica de temperaturas en septiembre desde el año 2010 que, pese a que en algunas otras ocasiones la temperatura ha podido ser más elevada puntualmente -ver gráfica en la parte inferior-, «hay que sumar la humedad relativa del 60-70% que normalmente suele haber en el litoral de la provincia y que aumenta la sensación de calor entre dos y tres grados más con respecto a lo que marcan los termómetros». En su opinión, es necesario «planificar mejor el calendario académico» en el Mediterráneo «con elevado calor en septiembre», y no intentar aplicar a rajatabla el europeo. Olcina propone prescindir de puentes y de la semana de Pascua para empezar desde el 15 de septiembre.

Sin luz

En el Instituto Mare Nostrum vivieron ayer momentos de tensión añadida, porque al insoportable calor se sumó una avería en el transformador que obligó a enviar a los alumnos a casa ante la absoluta falta de luz que, según la dirección, se resolvió por la tarde.