Las obras del Acceso Sur continúan su camino sin pausa, aunque tampoco con excesiva prisa. En los últimos días, el desvío del tráfico en dirección a San Gabriel ha supuesto el principal cambio en la imagen de unas obras que está previsto que acaben antes de que finalice el año. De cumplirse este plazo, la reforma de la entrada a Alicante por la avenida de Elche concluiría en el tiempo máximo dado en su día por la Conselleria de Infraestructuras. Desde la Generalitat, poco después de reanudarse un proyecto que estuvo paralizado durante más de un año, aseguraron que las obras se prolongarían entre cuatro y seis meses. Así que, teniendo en cuenta que la primera máquina entró en el entorno de Casa Mediterráneo una semana antes de las fiestas de Hogueras, las obras no deben irse más allá de Navidad.

Sin embargo, los vecinos dudan de que se cumpla la última promesa de la Generalitat. Desde que se reiniciaron los trabajos -entre Óscar Esplá y Federico Mayo-, los residentes han denunciado reiteradamente el bajo ritmo de las obras, destacando la presencia «casi testimonial» de trabajadores durante la mayoría de los días. Y es que en los últimos meses, se ha visto como una excepción los días en los que el ritmo era el habitual para una obra de 1,7 millones de euros.

Ante las críticas de los vecinos, que continúan dos meses después de iniciarse las obras, la Conselleria de Infraestructuras ha llegado a admitir que en verano las obras «pueden ralentizarse», añadiendo además que «hay trabajos que no son visibles». Sin embargo, el plazo ha sufrido cierta variación durante este periodo estival. Si en julio, esta segunda fase de las obras -según la conselleria de Infraestructuras- terminarían en octubre; hace apenas unos días, el secretario autonómico de Infraestructuras aseguró que el proyecto concluiría a finales de noviembre. Las asociaciones de vecinos de la zona sur han denunciado esta semana, a través de un comunicado, el «esperpento de las obras». «Nos quieren tomar por tontos», señalan los residentes.