En la calzada todavía se pueden apreciar las marcas del último atropello que tuvo lugar el pasado martes en el paso de peatones ubicado a la altura del número 27 de la avenida Catedrático Soler, en el barrio alicantino de Benalúa. Un accidente que ha recrudecido el malestar de los vecinos que dicen estar «hartos» de los continuos sustos que se llevan al cruzar por esa zona. Se trata de una avenida «peligrosa» por la que los coches circulan «muy rápido» y no respetan los pasos de cebra, según apuntan. Indignados ante esta situación los residentes exigen medidas para solucionar un inconveniente con el que conviven día a día.

«El problema con el paso de peatones es continuo. Tienen que señalizarlo de alguna forma», afirma Raúl Sánchez, un vecino de la zona, que propone la instalación de algún tipo de dispositivo que obligue a los coches a disminuir la velocidad cuando se aproximen al paso de cebra. Un semáforo para peatones, bandas sonoras o un resalto son algunas de las medidas que proponen los vecinos para evitar más accidentes en la zona.

«Los coches no respetan nada, esto es criminal. Hay que pensárselo dos veces antes de cruzar», declara María Teresa Rodríguez, otra vecina del barrio quién asegura que por la noche todavía es más peligroso pasar debido a la escasez de alumbrado en la avenida.

Además de la rápidez con la que los coches transitan por la zona y la necesidad de mejorar la señalización del paso de peatones, que actualmente está marcado con una señal vertical y una horizontal en la calzada, su ubicación entre dos semáforos podría ser otro de los problemas, tal y como apunta Andrés Santiago. El paso está situado en medio de dos semáforos que se encuentran a poca distancia uno del otro, a unos 100 metros aproximadamente. «Los coches pasan más rápido de lo normal por la avenida pero no se pueden imaginar que entre los dos semáforos haya un paso de peatones», y afirma que cuando los dos semaforos están en rojo no hay ningún problema y se puede pasar sin peligro pero cuando se ponen en verde, como lo hacen los dos a la vez, los coches salen «como balas» y «tienes que tener mucha vista a la hora de cruzar».

La falta de visibilidad es otro aspecto al que hacen referencia los vecinos que, unido a la rápidez con la que circulan los vehículos por la calzada, convierten el paso de peatones en un punto muy peligroso de transitar. Esto lo sabe bien María Dolores Machío, propietaria de una tienda de animales situada junto al paso de cebra en el que hace unos años atropellaron a su hijo que entonces tenía nueve años. Machío, a raíz de este último atropello acontecido el martes pasado y en el que resultó herido un hombre, ha propuesto a los vecinos de la zona recoger firmas para solicitar que «pongan un semáforo u otro tipo de señal» ya que, según afirma, «esto está muy mal. Los coches no paran».

Por su parte, fuentes municipales consultadas por este diario aseguran que no se trata de un punto peligroso ya que de media no hay un atropello al año.