«Si una tórtola turca macho se pone a cantar cerca de una habitación puede molestar y despertarnos, porque tiene un ulular muy fuerte desde antes de las seis de la mañana», explica el biólogo Emilio Rosillo sobre esta ave originaria del sureste de Europa que ha invadido los parques y jardines de Alicante, su comarca y las partidas rurales, desplazando a la española.originaria del sureste de Europainvadido parques jardines
Muchas son las quejas por la proliferación de esta especie que «ensucia» como las palomas, pero le ha salido una fuerte competidora: la urraca, que está en expansión y que ha colonizado los parques alicantinos, sobre todo los de la playa de San Juan, y las pedanías de Cañada del Fenollar, Moralet o El Rebolledo, donde hace una década no existía, «y ahora en cuanto sales a pasear, ves diez o doce», asegura el biólogo. Los ecologistas confirman que se han disparado.
También las sufren los residentes de las partidas. «Llevo aquí viviendo 13 años y jamás ha habido urracas. Sus graznidos son espeluznantes. A las seis de la mañana, en cuanto amanece, es imposible dormir. Despiertan a mis hijos ahora que dormimos con las ventanas abiertas, y se pasan horas y horas graznando y llamándose unas a otras. Es imposible descansar. He leído que son las aves más listas de su especie». Así hablaban en la web «Postureo sanvicentero» unos vecinos de Cañada sobre las urracas, a las que no les vale ningún truco para ahuyentarlas, ni siquiera los CD colgados de los árboles, práctica errónea porque, según el biólogo, lo brillante las atrae aún más.
Las urracas están emparentadas con los cuervos, viven en grandes bandadas, son difíciles de controlar, se reproducen mucho y son «bichos muy competitivos». Comen insectos y plantas, pero también basura, y son carroñeras. Un hábito, el de depredar otros pájaros, gallinas y pequeños mamíferos, que les causaba problemas con los agricultores de la Meseta, zona de donde proceden, y que han abandonado por la caída del ganado.
La Sociedad Española de Ornitología excluye a las urracas del catálogo de especies protegidas o emblemáticas, por lo que se pueden cazar, lo mismo que la tórtola turca, y ahora está abierta la veda. Es tanta la desesperación que causan entre quienes las sufren que se venden trampas por internet y se enseña a fabricarlas. Emilio Rosillo recuerda a quienes pretendan cazarlas que para utilizar escopetas de balines hay que tener licencia y que está prohibido ponerles veneno. El Ayuntamiento confirmó que las urracas han colonizado los parques, que hay quejas contra ellas y contra palomas, estorninos, gorriones y gaviotas del vertedero. «Los pájaros nos molestan pero son diversidad ecológica, patrimonio natural y fauna de la ciudad. Es una riqueza positiva, las urracas no son una plaga, ni generan ningún daño. Es como querer un mar sin merluzas», dijeron desde Atención Urbana.
