El castillo del barrio de Altozano volvió a quedar ayer en manos de las tropas cristianas tras la celebración de la embajada y posterior guerrilla de bandos, penúltimo acto de las fiestas que se han celebrado en el distrito alicantino. Todavía queda un último previsto para hoy, la misa por los difuntos, programada a las 20 horas y que pone el punto y final a unos festejos que se han desarrollado durante esta semana.

La jornada comenzó con una visita de festeros y vecinos del barrio al Hogar del Padre Alegre, a las 12.30 horas. Ya por la tarde, después de recoger fuerzas, los festeros afrontaron los dos últimos actos importantes y que dan sentido final a estas celebraciones. Primero fue el turno de los más jóvenes con las embajadas infantiles, a cargo de los componentes de la escuela-taller que la Asociación de Comparsas de Moros y Cristianos desarrolla en el distrito, uno de los más festeros de la ciudad. Prueba de ello fue, posteriormente, la embajada cristiana, en la que las tropas del bando de la cruz, más numerosas que sus contrincantes, recuperaron el poder de la fortaleza tras imponerse al bando de la media luna, que conquistó el castillo durante la noche del sábado.

Los festejos han sido especiales para la comparsa Piratas, que han cumplido 60 años.