El Ministerio de Fomento ha incluido en el pliego de condiciones que regulará el concurso público para elegir la operadora privada que competirá con Renfe en la gestión de la línea de Alta Velocidad entre Alicante y Madrid, la explotación del futuro AVE a Elche y Murcia y de la actual línea convencional que conecta Alicante y Valencia, además de la posibilidad de asumir la Xàtiva-Alcoy de cercanías. La decisión se enmarca en un intento de la ministra de Fomento, Ana Pastor, por atraer a las empresas al que considera uno de sus proyectos estrella de la legislatura: la liberación del transporte ferroviario para hacerlo más competitivo y acercar la Alta Velocidad al bolsillo de todos los viajeros.
En la últimas semanas se ha producido cierta contestación social al proyecto desde los grandes grupos que han logrado ya el denominado título habilitante para explotar la línea, que choca con el objetivo de la ministra, que es que el concurso no quede desierto. La elección del corredor Madrid-Alicante para iniciar este experiencia se basa en que es el que tiene mayor capacidad de crecimiento. Los once AVE diarios en cada sentido sólo utilizan el 30% del espacio de la plataforma.
Entre los grupos que aspiran a competir con Renfe en la línea de alta velocidad figura el alicantino Vectalia, con gran experiencia en el transporte urbano y que, en su día, trató de gestionar la Línea 2 el tranvía. Iniciativa a que se presentó en solitario, que fue calificada con notable por los técnicos pero acabó frustrándose porque el Consell alegó que no tenía fondos para cumplir con el pliego de condiciones redactado en la etapa de Francisco Camps.
El consejo de ministros dio luz verde el pasado 13 de junio al Ministerio de Fomento para convocar, a partir de septiembre, el concurso público para elegir el operador privado que desde 2015 (no hay fecha oficial pero se baraja el segundo semestre del año como fecha posible para que arranque la línea privada) competirá con la pública Renfe en la gestión de la línea de alta velocidad Madrid-Levante, que el Gobierno entiende por los corredores Alicante-Madrid (a partir de 2016 se incorporarán Elche y Murcia) y Valencia-Madrid.
La empresa que se adjudique el AVE tendrá un contrato de 7 años a partir de los cuales Fomento liberará completamente el tráfico ferroviario. Los trenes se alquilarán a Renfe, pero el operador deberá aportar su propia plantilla de maquinistas y revisores, además de abonar, como hace Renfe, al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, un canon económico por el uso de la plataforma de vías y las estaciones.
Transcurrido el plazo de siete años, el corredor se abrirá a la plena competencia y cualquier operador podrá prestar servicios en las líneas entre Madrid, Cuenca, Albacete, Alicante, Valencia, Castellón y Murcia en redes de alta velocidad, así como convencionales, tanto de vía doble como única.
Más servicios y más baratos
Según la ministra Ana Pastor, el objetivo de este proceso es dotar al mercado de una mayor oferta de servicios y disponer de precios más competitivos, gracias a la mayor competencia. La titular de Fomento explicó tras el consejo que se otorgará un único «título habilitante» mediante un procedimiento público de licitación, que garantice la competencia de los operadores que concurran. El adjudicatario podrá decidir libremente las conexiones sobre las que va a establecer servicios, dentro del ámbito del citado corredor. Asimismo, el nuevo operador podrá fijar las frecuencias de sus servicios y sus precios con libertad, pero siempre tendrá enfrente a Renfe que se prepara para dar batalla comercial y, por otro lado, tiene la sartén por el mango al ser la titular de los trenes.
