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«Estrés» hídrico

Atención Urbana intensifica la revisión del arbolado ante el peligro de caída

El calor, la sequía y las copas sobrecargadas pueden acelerar los desplomes

Atención Urbana intensifica la revisión del arbolado ante el peligro de caída

La falta de lluvia y el fuerte calor de las últimas semanas pueden causar «estrés» hídrico en los árboles y provocar caídas caídas de los más debilitados o viejos sobre la vía pública con el consiguiente riesgo para vehículos y peatones, de ahí que los técnicos de la Concejalía de Atención Urbana hayan intensificado en estas fechas la revisión del arbolado y de los ejemplares de palmeras que se lleva a cabo durante todo el año por las caídas que se registran desde hace tiempo. El último episodio de desplomes no tiene que ver con una palmera, sino con una parkinsonia, una especie nativa de regiones semidesérticas de África y de América con flores amarillas que ha arraigado de forma salvaje en algunos puntos de Alicante.

El sábado una gran rama de uno de estos ejemplares se quebró en un espacio de estacionamiento situado en la Sangueta, frente a la estación de La Marina. Los restos fueron retirados por un camión de los servicios municipales. Según explicaron ayer desde Atención Urbana, «el riesgo de caída depende de cada individuo -dijeron en referencia a los árboles- pero hay que estar muy atentos en estas fechas».

Uno de los técnicos de Jardines añadió que estos episodios pueden tener que ver también con la sobrecarga, ya que en esta época numerosas especies de arbolado tienen ya toda la hoja, aunque, aseguró, tampoco es un motivo de alarma en una ciudad con más de 60.000 árboles en sus calles. En Alicante son las palmeras las que más caídas han sufrido en los últimos años. La última se desplomó a finales de junio sobre un vehículo en Juan Bautista Lafora sin causar daños personalesa finales de junio. El ejemplar, que medía doce metros y tenía 90 años, fue inspeccionado por Atención Urbana un mes antes del suceso sin detectar ningún riesgo. El técnico de Jardines no cree que en Alicante haya más peligro que en otras ciudades, y puso el ejemplo de Madrid, donde han caído numerosos árboles últimamente, o Valencia, con cinco palmeras quebradas en una semana. «Es algo habitual, nuestra misión es que no caiga ninguna pero el riesgo cero es imposible», dijo.

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