Un informe del Observatorio Permanente de la Inmigración de la Universidad de Alicante certifica que la comunidad argelina es fiel a la provincia de Alicante. De hecho, la población empadronada no ha hecho más que crecer en la última década, pasando de 5.428 personas en 2004 a 11.845 en los últimos registros de 2013. Con todo, los datos en la ciudad resultan más contundentes si cabe, ya que la capital ha pasado de tener a 1.453 argelinos empadronados hace una década a los actuales 5.215 argelinos, lo que significa que la población se ha triplicado en el citado periodo. Esta tendencia al alza, que no ha cambiado en los últimos años, contrasta con el fenómeno migratorio que se da con otras nacionalidades, cuya presencia en la zona ha caído con motivo de la crisis y sus consecuencias económicas y sociales.

Estos días, con la llegada de cuatro pateras a las costas de la provincia en menos de una semana y el trasiego de miles de pasajeros con la Operación Paso del Estrecho entre los puertos de Alicante y Orán, la comunidad argelina ha vuelto al foco informativo, aunque en Alicante su situación se encuentra más que consolidada.

El estudio -realizado por el director de Observatorio Permanente de la Inmigración de la UA, el sociólogo Carlos Gómez Gil- detalla la evolución de la población argelina en la ciudad y en la provincia de Alicante, que supera en mucho al crecimiento que se ha dado en el resto de la Comunidad e incluso en España. En concreto, la provincia de Valencia ha registrado un repunte de apenas el 39% desde el año 2004, mientras que en Castellón la cifra resulta algo más elevada, hasta un 74%, aunque menor de la que se da en el sur de la región. Y es que Alicante y el conjunto de su provincia se «reafirman» como un núcleo de atracción para los argelinos en España.

Para el profesor Gómez Gil, la llegada de inmigrantes argelinos hasta el Levante «tiene que verse como la consecuencia lógica de una relación estrecha entre ambos lugares -con un ferry permanente entre Alicante y Orán-, pero también como un síntoma del malestar creciente que vive la población argelina hacia su país y sus autoridades». El informe recoge las sensaciones que se viven al otro lado del Mediterráneo, donde la inmigración «se ha convertido en una obsesión colectiva entre los jóvenes argelinos». Según el director del Observatorio, una de las claves de la continua inmigración de la población argelina responde al empeoramiento de las condiciones de vida en un país rico en recursos naturales y reservas económicas derivadas de los ingresos por el petróleo y el gas natural. «Aún en los años más duros de la crisis mundial, la economía argelina ha venido creciendo a un ritmo superior al 3%, mientras que las condiciones de vida no han dejado de empeorar», añade el sociólogo, para subraya a continuación la relevancia de la nacionalidad argelina entre los solicitantes de asilo a nivel nacional. En concreto, entre las últimas 2.580 solicitudes registradas, los argelinos se situaban en tercer lugar, con un 7,8% del total.

¿Y en el futuro, qué puede suceder? ¿Seguirá creciendo la cifra de argelinos residentes en Alicante y su provincia mientras cae la inmigración en general? El profesor responsable del informe lo tiene claro. «No parece que la inmigración argelina vaya a frenarse de manera espontánea si no hay un cambio en los factores que la estimulan desde el país de origen. Los jóvenes argelinos seguirán pensando que la inmigración hacia España [con Alicante entre sus principales destinos] es una válvula de escape a la insatisfacción que viven, a la falta de horizontes vitales», concluye el sociólogo Gómez Gil.