Bañistas de la Playa de San Juan se enfrentaron ayer con agentes de la Policía Local porque, según denunciaron, «nos sacaron del agua y nos prohibieron meternos donde nos bañábamos toda la vida», en alusión a la parte de la playa de la que son usuarios y que desde hace tres semanas ocupa una escuela de paddle-surf.

La nueva instalación deportiva, donde toman clases niños de 6 a 16 años, ocupa un canal de unos 100 metros de la lámina de agua frente al restaurante Mediterráneo, precisamente la parte de la playa en la que llevan bañándose «toda la vida» vecinos de los apartamentos que hay enfrente, muchos de ellos personas mayores. «Cuando ha llegado la Policía, la gente se ha levantado como loca, sobre todo los mayores, porque no queremos irnos a otro lado», explicó una de las afectadas, Manoli Abril.

Asimismo se quejaron del trato recibido de la Policía Local, que se personó con seis agentes, un número en su opinión excesivo. Además de obligarles a salir del canal que ocupa la escuela, identificaron a tres personas, acompañándoles a sus domicilios a por el DNI, que no habían llevado a la playa.

Desde República Sup Escuela de Paddel&Surf, admitieron los problemas que desde que abrieron, hace tres semanas, tienen con este grupo de personas, a las que calificaron de «jubilados radicales extremistas armados con sillas y sombrillas». El gerente, Santiago Cantó, denunció amenazas de estos bañistas y reconoció que tuvo que llamar a la Policía Local por su seguridad, ya que entran en el canal donde los niños están con las tablas y les impiden trabajar. «Ahora mismo tenemos diez niños en el agua, hay olas, están con las tablas, se tiran y les pueden hacer daño». Calificó de surrealistas estos problemas en una playa de 12 kilómetros con sólo dos escuelas náuticas y en los extremos. «Además ellos tendrán nietos», concluyó.