La adecuación en Alicante de una playa para perros, tal como se ha hecho en El Campello, es una de las principales reivindicaciones del colectivo de propietarios de animales Alicante Quiere a sus Mascotas, constituido en enero para luchar contra los problemas de convivencia entre los vecinos que tienen mascotas y los que no. El pasado día 23, representantes del colectivo se entrevistaron con la alcaldesa, Sonia Castedo, a la que solicitaron una intensificación de la normativa de protección de los animales, así como más espacios públicos para los perros, campañas de información sobre estos lugares y una playa para perros en Agua Amarga.
Tal como ha señalado Chesco Iniesta, presidente del colectivo, «la alcaldesa nos dijo que era viable lo de la playa en Agua Amarga y que iba a hablar con los pescadores y con la Asociación de Vecinos de Urbanova para tomar una decisión», extremo sobre el que ayer no quiso pronunciarse Castedo. Iniesta se muestra esperanzado de que el proyecto salga adelante pese al fracaso de la última intentona de abrir una playa para perros en Puerto Amor. «Agua Amarga es distinta, no tiene consideración de playa como tal, no va mucha gente y además no hay vecinos por la zona, por lo que parece un buen sitio». El presidente del colectivo de propietarios de mascotas resalta que, de aprobarse la iniciativa, «Alicante sería la primera capital de provincia de España con una playa para perros. Ahora hay 21 en España, pero ninguna en una capital, y creemos que sería beneficioso para la ciudad porque hay mucho turismo de mascotas que podría tener Alicante como referencia».
Las peticiones del colectivo al Ayuntamiento no se limitan a la playa para perros. También se ha solicitado la apertura de nuevos espacios libres para perros que se unan a la docena que hay en la actualidad en la ciudad, «y que se publiciten porque muchos alicantinos no saben dónde se encuentran» según Iniesta. También piden la creación de un consejo local de convivencia y protección animal, un plan integral de adaptación de los animales y una oficina de protección a los animales con un registro municipal de mascotas y una prohibición expresa de que se sacrifiquen animales en las protectoras.
