La alcaldesa, Sonia Castedo, admitió ayer la incertidumbre sobre su futuro político durante el pleno municipal celebrado en el Ayuntamiento de Alicante. Mientras se debatían dos incitativas contrapuestas sobre la llamada «alcaldada» que plantea el Gobierno -para que los alcaldes pertenezcan al grupo más votado- el portavoz de Esquerra Unida, Miguel Ángel Pavón mostró sus dudas sobre sí la regidora volvería a encabezar la lista del PP en Alicante dada su condición de imputada en la causa judicial por el presunto amaño del Plan General. «Yo no se si usted repetirá», dijo Pavón. A lo que Castedo, le replicó: «Yo tampoco». El representante de EU le respondió: «A mí me da igual». Y Castedo apuntilló: «A mí también».

No fue el único momento de tensión en un pleno que, una vez más, estuvo salpicado por las protestas en contra de la corrupción en una concentración convocada por Compromís en la plaza del Ayuntamiento. Las consignas pidiendo la dimisión de Castedo, así como otras favorables a la alcaldesa en otra concentración, podían escucharse en el salón de plenos coincidiendo con otro de los momentos tensos, cuando el PSOE pidió la comparecencia del concejal díscolo del PP, Juan Zaragoza, para «dar cuenta de las irregularidades que dice conocer en relación a la gestión de varios miembros del equipo de gobierno».

Zaragoza tomó la palabra, por segunda vez en toda la legislatura, para reafirmarse en que son varias las causas judiciales abiertas y que testificará cuando se lo pida el juez, pero que no quería comparecer en el pleno siguiente. El PP rechazó, por tanto, la petición de comparecencia, pero lo hizo, según dijo Castedo visiblemente molesta con Zaragoza, por «disciplina de partido».