La Generalitat y el Ministerio de Fomento han aplazado hasta el año 2016 la decisión sobre la construcción del reclamado «tren de la costa», una plataforma ferroviaria diseñada en ancho europeo que conectaría Alicante con Valencia por un trazado pegado a la autopista Ap-7 y que permitirá dar servicio a las poblaciones turísticas de la Marina Baixa, además de conectar Alicante y Valencia en una hora. La falta de presupuestos y los recortes impuestos por el Ministerio de Hacienda vuelven a sumir en una nebulosa un proyecto que cuenta con todos los parabienes del propio Consell, ya que el informe de viabilidad realizado por la Conselleria de Infraestructuras sostiene que la línea de la costa sería utilizada por 4 millones de pasajeros al año, el doble que el exitoso corredor ferroviario de alta velocidad entre Alicante y Madrid. Cinco años han pasado desde que el entonces conseller de Infraestructuras, Mario Flores, remitiera a Fomento un estudio sobre el trazado, el mismo que sigue circulando por los despachos.

El tren costero es una de las grandes asignaturas pendientes del Ministerio de Fomento con la provincia en materia ferroviaria, y tan importante o más que el AVE de cara a garantizar una conexión rápida con el principal municipio turístico de España, Benidorm, que se ha quedado descolgado de la línea de alta velocidad, ya que ni el TRAM ni las lanzaderas de autobús parecen ser la solución.

El proyecto del tren de la costa, cuyo estudio se presentó por primera vez en 2009, contemplaba la construcción de una línea ferroviaria nueva de ancho internacional entre Alicante y Gandía. Desde esta población y hasta Valencia se remodelaría la actual plataforma de cercanías. La línea discurriría más o menos paralela a la autopista AP-7 diseñada para una velocidad de proyecto de 200 kilómetros por hora. La nueva línea se destinaría únicamente para viajeros y en principio tendría una longitud total de 115 kilómetros de los que 6 kilómetros se construirán bajo tierra a lo largo de siete túneles.

La infraestructura atenderá a un total de 2,5 millones de habitantes (residentes en las seis comarcas costeras desde l'Horta hasta l'Alacantí) con puntas estacionales de población de hasta 4 millones de residentes. Los trenes que circulen por esta vía serán unidades con ejes desplazables, capaces de rodar sobre ancho internacional (1.435 metros); y sobre ancho ibérico (1.668 metros). Del total de 115 nuevos kilómetros de ferrocarril, un total de 6, kilómetros se construirán en túnel. Uno de ellos sería el del Mascarat de 2,1 kilómetros y otros tres se construirán en Gata de Gorgos que tendrán 301, 1.224 y 397 metros. Falta por saber qué decidirá el Ministerio de Fomento en 2016 o, como pronto 2015, año electoral.

Dividido en cuatro fases, el proyecto contempla la adecuación de la línea C-1 entre Cullera y Gandía, y su prolongación hasta Oliva; un tramo subterráneo con estación en Oliva y prolongación hasta la estación intermodal de Dénia, Alicante-Benidorm y conexión directa Madrid-Benidorm sin pasar por Alicante-término y Benidorm-estación intermodal Dénia, que podría tener otra opción de utilizar la línea 9 del Tram.

El convenio Consell-Fomento se firmó en 2011 y la pasada primavera, el secretario de Estado, Rafael Catalá ya avanzó que la línea parecía rentable. De momento, sin embargo sólo hay presupuestados hasta 2015, 1,3 millones de euros.