El tren de alta velocidad está supliendo cada vez más la eliminación de conexiones aéreas entre Alicante y otras ciudades de España, ofreciéndose como una alternativa clara al viaje por carretera. La puesta en marcha del trayecto directo por ferrocarril a Sevilla es el último ejemplo de esto, que también puede aplicarse a ciudades como Zaragoza y Valladolid. En todos estos casos, el recorrido en tren resulta competitivo en cuanto a duración, y la consolidación de estas rutas puede dificultar que en un momento dado se vuelvan a poner en marcha los enlaces aéreos perdidos.

Durante algunos años, los aeropuertos de Sevilla, Zaragoza y Valladolid se situaron entre los que más tráfico tuvieron con el de El Altet, gracias a las rutas operadas por una aerolínea de bajo coste que también volaba a otras ciudades. De todos aquellos destinos sólo se mantiene Santiago de Compostela -aunque ha habido interrupciones-, y otra compañía conecta también la provincia con Santander. El aeropuerto gallego es ahora mismo el que mueve más pasajeros con el de Alicante-Elche dentro de la península, después de los de Barcelona-El Prat, Madrid-Barajas y Bilbao.

Hay que tener en cuenta que, pese a que Alicante y Santiago de Compostela están directamente comunicadas en tren, ese enlace es semanal -el resto de días hay que hacer transbordo en Madrid-y el tiempo de viaje es muy largo: 10 horas y seis minutos. Con ello, no sorprende que en el primer semestre del año, según datos de Aena, hayan viajado entre la provincia y la capital gallega 24.477 personas. Por su parte, los pasajeros con Bilbao han sido 44.515; en este caso debe tenerse en cuenta la paradoja, difícilmente comprensible, de que no hay trenes directos con la capital vizcaína desde mayo de 2006, pese a la numerosa colonia vasca que reside en la provincia o la visita.

A Santander, el problema es también el tiempo de viaje -ocho horas y 12 minutos-, por lo que el avión entra en competencia con el tren. En cambio, la ausencia de vuelos a Sevilla, Zaragoza y Valladolid probablemente no se eche tanto de menos, al haber conexiones en tren por debajo de las cinco horas de duración. Con la capital de Castilla y León, además, hay dos enlaces diarios -los Alvia a Gijón y Santander- y el tiempo de viaje podría ser bastante menor de no ser por las maniobras y las esperas que se realizan en Madrid, debido entre otras cosas a que las estaciones de Atocha y Chamartín aún no están conectadas por vías de ancho internacional.

El AVE ofrece conexiones directas o enlaces oficiales a casi 30 capitales de provincia y grandes poblaciones de toda España. A algunas bastante alejadas, como León y Burgos, en menos de siete horas, mientras que a Pamplona es posible llegar en cinco horas y media, haciendo transbordo en Madrid.