Un profesor colombiano, activista de los derechos de los homosexuales y residente en España desde 2007, se ha convertido en el primer ciudadano de su país reconocido como víctima del conflicto armado por su orientación sexual.

"Soy el primer homosexual que ha sido inscrito en el Registro Único de Víctimas (RUV)", ha afirmado Manuel Antonio Velandia. Profesor de Sociología y Sexología, y doctor en Enfermería y Cultura de los Cuidados por la Universidad de Alicante, ciudad en la que reside, Velandia sufrió un atentado en Bogotá (2002) a manos de "grupos armados ilegales" por su labor de "líder comunitario", en referencia a su trabajo en defensa de los derechos del colectivo homosexual.

Víctima de constantes amenazas, especialmente tras denunciar casos de explotación sexual de adolescentes cometidos por miembros de grupos paramilitares, se vio "forzado" a huir de Colombia "con dos maletas", dice.

"Los derechos humanos entendidos como derecho sexuales. Así los concibo y por ellos he luchado casi toda mi vida", ha afirmado Velandia, uno de los fundadores del Movimiento Homosexual en su país y miembro del equipo redactor de la Ley colombiana de Parejas de Hecho.

Obligado a huir, este docente obtuvo el derecho de asilo en España tres años después de llegar al País Vasco -su primer destino- para desplazarse posteriormente a Alicante, donde coordinó la Asociación de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Transexuales (LGTBI).

En 2011, el Gobierno colombiano aprobó la ley 1.448, que considera víctimas a aquellas personas que hayan sufrido un daño por hechos ocurridos como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves de derechos humanos ocurridas "con ocasión del conflicto armado interno".

Uno de los presupuestos jurídicos que recoge la citada ley es "el principio de enfoque diferencial", que hace referencia a personas con "características particulares", entre ellas la de "orientación sexual".

Dicha legislación estableció la creación de un Registro Único de Víctimas (RUV) dirigido a tratar de restablecer la dignidad de los afectados y difundir "la verdad de lo sucedido" a través de varias medidas.

Velandia decidió solicitar que le fuera reconocida su condición de "víctima de atentado, amenaza y desplazamiento forzado" y argumentó numerosas situaciones vividas en su país durante su trabajo en pro de los derechos del colectivo LGTBI

"Los paramilitares se constituyeron en su origen como grupos de limpieza social", ha recordado Velandia, quien salvó la vida en el atentado que sufrió en su vivienda "porque me encontraba -según ha relatado- en la otra punta de la casa con respecto al lugar en el que cayó la granada que me lanzaron".

Sus denuncias y su labor en defensa del colectivo LGBT fueron contestadas con amenazas de muerte hacia él y su familia. Numerosos defensores de los derechos humanos en su país le recomendaron que saliera del país. "Toda mi vida, todo lo que tenía en Colombia, se redujo a las dos maletas que me traje a España", ha añadido.