Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tomás García Azcárate, director de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE

«El problema de los agricultores es su desorganización»

Tomás García Azcárate, ponente ayer en las jornadas. JOSE NAVARRO

A sus 59 años, este ingeniero agrónomo especializado en economía agraria por la UPM de Madrid (1981), pasa por ser uno de los referentes europeos en la política agraria con casi cien artículos publicados, experiencia docente y hoy director de Agricultura de la Comisión Europea. Ayer participó en Alicante en la jornada sobre la Política Agraria Común, en un acto organizado por Asaja en Casa Mediterráneo.

¿Cómo se ve desde Bruselas la sequía que asola el Mediterráneo donde los cultivos se mueren?

La sequía que padece el levante español es, obviamente, motivo de preocupación para las autoridades comunitarias, que están al lado de las distintas autoridades españolas para aliviar esta difícil situación. Conviene subrayar que España, como país de climatología incierta, ha sido una de las grandes beneficiadas de las reformas de la PAC, que han introducido las ayudas directas. Un cálculo basado en un rendimiento medio tiene un gran papel estabilizador de las rentas en las regiones europeas donde hay mucha variabilidad. Si no hubiera ayudas directas, al haber poca producción habría habido poca renta.

Los agricultores se quejan de que la PAC siempre les ha dejado de lado, cuando su producción es muy competitiva y genera más riqueza y empleo que, por ejemplo, el maíz o la alfalfa ¿cuál es su opinión?

Los problemas de la agricultura de la Comunidad Valenciana no son las ayudas de la PAC que reciben otros cultivos. La promoción de organizaciones de productores y el reconocimiento a las interprofesionales son dos características de la reglamentación europea para las frutas y hortalizas, pero nuestras fuerzas son también el reflejo de nuestras debilidades. El dinamismo empresarial característico de la Comunidad Valenciana, la gran cantidad de pequeños y medianos emprendedores son bazas importantes de su fortaleza económica. Pero también puede ser una rémora el individualismo y la incapacidad de construir estrategias de colaboración. Frente a una gran distribución cada vez más concentrada, los agricultores siguen desorganizados. Son el eslabón débil de la cadena alimentaria. ¿El fracaso de Intercitrus es culpa de la Comisión Europea?

¿Puede reclamar la Comisión Europea las ayudas dadas a las desaladoras y al Júcar-Vinalopó que siguen sin funcionar?

Son preguntas que abordan temas de política nacional sobre los cuales el funcionario europeo que soy no puede emitir opinión. Evidentemente, existen procedimientos de control para asegurarse del correcto uso del dinero de los fondos europeos. Bruselas no dudará en reclamar la devolución del dinero que no se haya gastado conforme a las reglas o que se haya derrochado. Esperemos, en todo caso, no tener que llegar a este extremo.

¿Tiene futuro la agricultura europea, o acabaremos comiendo tomates de Marruecos y naranjas de Chile?

Tiene gracia la pregunta. De nuevo, la culpa de nuestros problemas la tendrían los demás. Voy a poner un ejemplo muy claro, el de las clementinas. Los problemas de comercialización de las clementinas no vienen por la competencia marroquí. Es la competencia valenciano-valenciana. Los que han llegado a vender «pitufos» de clementinas a dos euros en supermercados alemanes no son marroquís o chilenos, son valencianos. Son muchas las agriculturas europeas que tiene futuro. Hay oportunidades en las producciones de masas para la gran distribución y en los mercados locales. Por ejemplo, en la agricultura ecológica y la integrada; en las ventas tradicionales y en las ventas directas por internet. Todas ellas pasan por el rigor, la profesionalidad, la organización, las disciplinas productivas y comerciales, el respeto al producto y al consumidor. Felizmente, en la Comunidad Valenciana, hay mucha gente que sabe hacer estas cosas bien.

Compartir el artículo

stats