La suerte está echada. El viernes acabó el plazo para solicitar la beca de comedor que este año ha sido más ajustado que nunca, apenas una semana en Alicante, teniendo en cuenta que los días 23 y 24 de junio fueron festivos, y dos días más para el resto de familias, lo que ha provocado la concentración en muy poco tiempo de un trámite que resulta muy engorroso para los centros.
Para colmo, el texto de la convocatoria lleva a engaño, como señalan en varios de los colegios consultados y ratifica la presidenta de la federación de padres de centros concertados, Julia María Llopis. Reclaman más «transparencia y claridad». Y es que en los primeros párrafos figura un listado con los umbrales de renta anual según el número de miembros de cada familia, que llevan a muchas de ellas a pedir la beca porque los cumplen: 24.089 euros con dos miembros o 32.697 con tres. Sin embargo, los 20 puntos exigidos con rentas per cápita de 393 euros, son los que marcan la concesión de la ayuda.
«Ha habido una avalancha de solicitudes que dan muchísimo trabajo y no van a ir a ningún lado, frustrando además las expectativas de los padres», denunciaron directores de colegios.
Ocho meses de deuda
Desde los centros de enseñanza concertada, incluidos en la convocatoria de becas de comedor, lamentan que los ocho meses que arrastran de demora de Educación en los pagos no les dejan apenas margen para tener que asumir, además, el coste de las becas de comedor.
Agradecen que finalmente incluyan a todos los niños en la posibilidad de obtener beca, pero puntualizan que las exigencias de la convocatoria, a consecuencia de la extrema situación socioeconómica hacia la que se ha derivado, deja sin apenas posibilidades a estas familias. «Estas becas han llegado a la concertada cuando ya no tienen sentido escolar, sino social», concluye Llopis.
