Los médicos de familia, «en contacto directo con las necesidades de las familias, sus modos de vida, enfermar y morir» han dirigido un comunicado a las autoridades porque sienten «la obligación urgente» de incidir en los problemas de salud que la falta de alimentación provoca en la población infantil. En este sentido, reclaman que los comedores escolares permanezcan abiertos todo el año y financiados para aquellas familias con serias dificultades económicas.

La voz de alarma por parte de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, incluye en su carta abierta «a los ayuntamientos y responsables de los comedores escolares que, a consecuencia de la crisis, han aumentado tanto la desigualdad social como las «desigualdades en salud. Quizás aún no se perciben pero están anunciadas y representan sufrimiento real y presente», advierten los facultativos.

Por eso proponen a los ayuntamientos, para amortiguar esta situación, que «hagan, en la medida que puedan, políticas favorecedoras de salud» para proteger especialmente a los más vulnerables, «los niños».

Los médicos de familia reclaman «de forma urgente y en cualquier municipio, sea del tamaño que sea», comedores escolares durante todo el año y que, además, estén «financiados del todo» para las familias sin recursos.

Llaman la atención sobre el hecho de que haya niños que ni siquiera se acojan a la beca porque sus familias no pueden pagar, ni tan siquiera, los 6 euros al mes que implica la beca completa: «Hace tiempo que los maestros dicen que algunos niños van al colegio sin desayuno, y que la comida del mediodía es la única completa que pueden hacer».

Piden además que «se anule la norma por la que si una familia debe algún pago al ayuntamiento, pierde el derecho a la beca, aunque tenga pocos recursos» y advierten de que, sin una nutrición correcta, además de estrés psicosocial no hay un buen desarrollo ni físico ni intelectual del niño y el adolescente: «Los ayuntamientos no pueden quedarse tranquilos dando un donativo a entidades y ONG para que entreguen alimentos. Garantizar la protección de la salud corresponde al Estado, que somos todos», concluyen.