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El Gobierno reinicia este mes el trasvase Júcar-Vinalopó para salvar el arbolado

Los agricultores aceptan recibir de forma provisional 15 hm3 desde el polémico Azud de la Marquesa, donde la calidad del agua impide que se pueda utilizar para el riego de hortalizas y el consumo urbano, lo que obliga a recuperar la toma de Cortes de Pallás

Imagen de archivo del Azud de la Marquesa, donde arrancará el trasvase de socorro INFORMACION

El Ministerio de Agricultura tiene previsto reiniciar este mes el trasvase Júcar-Vinalopó, cerrado desde hace 17 meses, sin haber solucionado todavía el problema de la calidad del agua que se toma en el azud de la Marquesa (Cullera), pero que ahora se tiene que activar desde la desembocadura para luchar contra la sequía que amenaza con acabar con los árboles de media provincia. El trasvase tendrá cobertura legal desde mañana viernes, cuando está previsto que el consejo de ministros apruebe definitivamente el plan hidrológico del Júcar, pero el envío de agua no deja de ser provisional.

Se desconoce todavía el resultado del informe del Cedex sobre la posible recuperación de la toma de Cortes de Pallás -clave para que el trasvase sea viable-, y el envío de la Marquesa (15 hm3) se produce gracias a un acuerdo puntual entre la Confederación del Júcar y la Junta Central de Usuarios. Un nuevo gesto de buena voluntad de los regantes, forzado, además, por la urgencia de recibir caudales, ya que la falta de humedad del suelo amenaza con provocar un descalabro ambiental y agrícola en la provincia.

El Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante advierte, tras conocer los datos de Meteorología sobre la evolución de la sequía este año, que han comenzado a secarse los almendros y, para colmo, el matorral de las sierras (romero, estepa, tomillo...) está completamente seco, lo que ha convertido el campo en un polvorín en caso de incendio. «La vegetación mediterránea de la provincia no estaba sometida a un nivel de estrés hídrico tan grave desde 1994, hace veinte años», subrayó ayer Jorge Olcina, director del Laboratorio.

La Junta Central y el Ministerio de Agricultura prevén, por su parte, que el agua del Júcar pueda volver a circular por los canales la próxima semana. Todo depende de que el Consejo de Ministros apruebe el plan de Júcar, documento que está preparado para entrar en la sesión del gabinete, aunque ayer la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, no confirmó la fecha de forma oficial. No obstante, los técnicos de Acuamed ya han encontrado una solución para evitar que el agua se embalse en la balsa de San Diego (Villena), que sigue sin reparar sus fugas. El agua no puede permanecer en su interior más de un día, por lo que se ha decidido conectar el tubo de entrada con el de salida y así poder repartir después el agua por el Vinalopó hasta Elche.

Se trata de una solución provisional que ayudará a salvar los cultivos leñosos (arbolado), muy afectados por la sequía más grave de los últimos 150 años. Sin embargo, sigue sin resolverse la cuestión principal: el abastecimiento urbano de 300.000 personas de las comarcas del Medio y Alto Vinalopó, cuyos municipios se han quedado descolgados del trasvase al no ser apta el agua de Cullera, con lo que están condenados a seguir consumiendo caudales de acuíferos sobreexplotados cuya recuperación fue el fundamento principal para diseñar el Júcar-Vinalopó, subvencionado con 120 millones por la Comisión Europea.

El Ministerio de Agricultura ha vuelto a sembrar de dudas la solución final, ya que, contrariamente a lo que expuso el exministro Arias Cañete cuando a finales de marzo logró el respaldo de los agricultores alicantinos al nuevo plan del Júcar -recuperación de la toma de Cortes en seis meses-, ahora todo se ha quedado pendiente del informe de un centro de estudios del ministerio en el que figuran técnicos que apoyaron el cambio de la toma del agua en el Júcar-Vinalopó.

La Junta Central de Usuarios ha optado por la prudencia y se muestra convencida de que al final habrá toma. El Instituto Interuniversitario de Geografía de la UA, sin embargo, no lo tiene tan claro, debido a que, según demuestran los análisis de la Confederación Hidrográfica del Júcar, el agua que se toma en Cullera -única toma potencialmente operativa en estos momentos- presenta índices elevados de pesticidas durante buena parte del año, lo que desaconsejan su uso para el regadío de hortalizas y, por supuesto, para el abastecimiento de la población.

Movilizaciones de la Uniò

Por otro lado, la Unió de Llauradors estudia organizar acciones de protesta en Alicante por la falta de ayudas del Gobierno y de la Generalitat para paliar los efectos de la sequía. La Unió exige «soluciones reales urgentes», puesto que, «siguen sin ponerse en marcha las anunciadas ayudas que cubran el desastre al que se está enfrentando la agricultura en las comarcas alicantinas», apuntó en un comunicado.

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