El presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, Joaquín Ripoll, anunció ayer al consejo de administración que el Puerto cerró el ejercicio 2013 con un saldo positivo de 763.840 euros, producto del incremento del tráfico con el norte de África y Canarias, y los nuevos nichos de mercado como el movimiento de chatarra, poco vistoso pero que ha posibilitado unos ingresos que permiten a Ripoll cuadrar las cuentas por segundo año consecutivo (200.000 euros en 2012), ya sin las subvenciones del fondo de compensación, que deben destinarse a obras y no a enjugar déficit. Ripoll se felicitó de los resultados y anunció, por otro lado, que el Puerto ha conseguido reducir en los últimos tres años su endeudamiento al pasar de los 15 millones de euros de 2011 a los 7,5 millones de 2013. El presidente subrayó al consejo que las cuentas están auditadas por la Intervención General del Estado.

Por otro lado, en la reunión de ayer se iniciaron los trámites para reconvertir el faro del cabo de San Antonio en un establecimiento hostelero, adhiriéndose al programa «Faros de España» impulsado desde Puertos del Estado y el Ministerio de Fomento. Según palabras del presidente «se trata de una iniciativa a nivel nacional que pretende utilizar los faros donde ya no vive el farero para ponerlos en valor mediante su rehabilitación y concesión para uso hostelero». En la reunión del consejo se procedió también a autorizar la firma de convenio con el Ministerio del Interior por el que el Puerto cederá a la Guardia Civil el uso de las nuevas dependencias por un periodo de 35 años.

Además, el consejo de administración dio vía libre para intentar solucionar una de las grandes asignaturas pendientes del Puerto y el Consell, la recuperación de las instalaciones de la Lonja del Pescado, sin uso tras la quiebra y desaparición de la Cofradía de Pescadores de Alicante. El Puerto sacará su explotación a concurso público pero el camino no es fácil, ya que, según la ley, sólo puede gestionar el edifico una cofradía de pescadores o una entidad que tenga el permiso de primera venta de pescado de la Conselleria de Agricultura.

Hasta la fecha, la Lonja ha tenido un pretendiente. En febrero de 2012, mayoristas del pescado y detallistas (pescaderos de mercados y pescaderías) de la provincia de Alicante se unieron para tratar de relanzar la actividad de compraventa de pescado en el Puerto y salvar, así, una actividad que hasta la primera mitad de la pasada década hizo de Alicante el primer puerto del Mediterráneo en comercialización de pescado de cerco y anzuelo, negocio que en los últimos años ha caído un 60% y está abocado a la desaparición, y con él 200 puestos de trabajo directos, según apuntaron en su día los promotores de la recuperación de la Lonja.

El objetivo pasaba por la reapertura de la Lonja del Pescado de Alicante, cerrada en 2006 tras la quiebra de la cofradía, para vender y exportar pescado de bahía y anzuelo (atún y emperador), en lo que se denomina primera venta. La iniciativa contó desde el primer momento con el apoyo del presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante -titular del inmueble-, Joaquín Ripoll, pero los pescaderos debían obtener antes la autorización de la Generalitat.

La Conselleria de Agricultura encargó un informe a sus servicios jurídicos pero nunca contestó. La Ley 9/1998 de 15 de diciembre de Pesca Marítima establece que es el Consell quien debe autorizar las lonjas pesqueras como establecimientos de control y primera venta de los productos frescos de la pesca en el Mediterráneo.

Joaquín Ripoll apuntó ayer, en este sentido, que «se ha sacado a concurso la Lonja de pescado de Alicante para que, si existe otra cofradía, ya que la de Alicante desapareció por motivos económicos, o cualquier interesado que tenga el permiso de primera venta por parte la Generalitat Valenciana, pueda explotar la lonja de pescado, convirtiéndose ésta en la última oportunidad para explotar dicho edificio con ese uso».

Denuncia vecinal

Por otra parte, las asociaciones vecinales de la zona sur de Alicante (Ciudad de Asís, La Florida, San Gabriel, Gran Vía Sur-puerto, Sol de Alacant, Alipark y Templete) volvieron a denunciar ayer el caso omiso que hace el Puerto de sus quejas sobre el movimiento de graneles sin cubrir en los muelles, lo que en días de viento levanta cortinas de polvo.