El ascensor que une la playa del Postiguet con el Raval Roig lleva más de un mes sin funcionar. Por desgracia, no se trata de un hecho aislado ya que desde su inauguración, en julio de 2012, este elevador parece estar gafado y, bien por averías, bien por ser objeto de actos vandálicos, ha estado inutilizado de forma intermitente. Los vecinos del Raval están hartos. Tras años de lucha para conseguir el ascensor que uniera la avenida Juan Bautista Lafora con Virgen del Socorro, se encuentran con que cada dos por tres no funciona. En esta ocasión, el cierre se debería a la rotura de un cristal por un acto vandálico, tal como se señaló a este diario desde el área municipal de Servicios y Mantenimiento. Ya con julio en las puertas, la rotura no se ha reparado y el acceso al ascensor desde Virgen del Socorro sigue precintado y tapado por una valla. «Debería haberse arreglado ya», señalaba ayer el expresidente de la asociación de vecinos del barrio, Pedro Núñez, quien resaltaba la importancia que para los vecinos tiene el elevador. «Lo usa mucha gente sobre todo en verano para bajar a la playa, pero también para coger el autobús». Además, según resaltaba el vecino, en el Raval Roig vive mucha gente mayor que necesita el elevador para evitar las escaleras de acceso para acceder a la playa.

La vicesecretaria general del PSPV-PSOE de Alicante, Sandra Martín, ha lamentado que este hecho se esté prolongando tanto en el tiempo «no sólo por la imagen que se ofrece a la ciudadanía y a los turistas, sino también por la falta de sensibilidad mostrada por el equipo de gobierno hacia las personas dependientes que no tienen otra forma de acceder desde Virgen del Socorro hasta la playa del Postiguet». Martín ha exigido «que se arregle el ascensor cuanto antes, y más teniendo en cuenta que nos encontramos en plena campaña estival».

La Asociación Alicante Accesible, por su parte, denunció hace tres semanas la situación y su presidenta, Llanos Rodríguez se lamentó por las numerosas averías que ha sufrido desde su apertura. De hecho, una semana después de su inauguración, una pareja quedó atrapada, hecho que se repitió tres días después y que ha ocurrido periódicamente. Los problemas de mantenimiento, subidas de tensión o roturas de cristales por vandalismo han jalonado de cierres el ascensor en sus dos años de funcionamiento.