Alicante recupera su imagen habitual a la conclusión de las Hogueras tras la limpieza y recogida de los desperdicios generados este año, casi 2.900 toneladas, una cifra ligeramente inferior a las fiestas de 2013. La mayor cantidad, unas dos mil toneladas, procede de los residuos sólidos urbanos y las barracas, mientras que otras 566 toneladas han estado originada por los restos de los monumentos que ardieron en la noche de la Cremà, retirados de calles y plazas conforme se iban quemando por trabajadores de UTE-Alicante. La adjudicataria destaca el aprovechamiento de los 250 contenedores adicionales que instaló para las fiestas en diversas zonas de la ciudad, aunque no tanto los situados en Canalejas, zona de botellón. Precisamente vecinos de Plaza de Galicia se quejaron ayer de que a las nueve de la mañana aún no habían limpiado ni baldeado y aún estaba llena de restos de la fiesta, cucarachas y orines, y en la Montañeta un muro de adoquines impedía circular a los vehículos.