Empieza lo serio en Luceros. Ya se acabaron los juegos. El apoteósico terremoto terrestre y aéreo que brindó ayer la pirotécnica Reyes Martí encandiló tanto al público alicantino que los disparos que restan para cerrar el concurso tienen el listón más que alto. Hoy será el turno para Ferrández de Redován y mañana, para Hermanos Ferrández de Beniel. Ninguna de las dos empresas lo tendrá nada fácil para superar el espectáculo que regaló ayer la castellonense al público alicantino, deseoso ya de sentir cómo tiembla Luceros en plenas Hogueras.

La mascletà, cuarta del concurso, se dejó notar desde el principio. Ahí se empezó a ver que ayer no iba a ser otro día para olvidar. Iba a ser todo lo contrario.

El disparo de Reyes Martí, según explicó la pirotécnica castellonense, arrancó con un guiño al pasado, recuperando una tradición a través de las «sirenas», contaba la responsable de la mascletà minutos después de que concluyera el espectáculo y tras recoger una eterna ovación de agradecimiento del público reunido en el entorno de la emblemática plaza.

Tras el principio y una parte intermedia algo anodina, llegó lo bueno, lo que la gente esperaba. Y es que el cartel de Reyes Martí en Alicante es alto. El terremoto final se prolongó casi cincuenta segundos, aunque en directo pareció mucho más, un estruendo casi interminable. Un final sin final, con una combinación de fase terrestre, ráfagas a un ritmo endiablado y un colofón aéreo. Una mascletà de las que dejan huella.

Tanto es así, que la gente se quedó con ganas de más. Se vieron los primeros dieces de la temporada y se llegó a corear el recurrido: «Otra, otra, otra...». Pero ayer no hubo más. Hoy le toca a Ferrández.