Usted llegó a Alicante cuando apenas era un niño y estuvo viviendo aquí hasta cumplir la mayoría de edad. ¿Qué recuerda de aquellas Hogueras?

Empecé a valorar las Hogueras cuando me fui a vivir a Valencia, porque las Fallas son de puertas adentro y aquí hay una fiesta en cada calle. Me di cuenta al irme.

¿Qué significa tocar en Hogueras para un casi alicantino de adopción como es usted?

Es un orgullo, porque son unas fechas muy importante para los alicantinos y para esta ciudad.

¿Sigue viniendo por aquí?

Sí, tengo familia y vengo con mucha frecuencia a Alicante.

¿Ha cambiado mucho la ciudad desde que se fue a Valencia?

Mucho, se ha transformado, aunque hay zonas que siguen rotas. Pero otras, como Castaños y el Portal de Elche, son mis favoritas, están divinas. Lo están haciendo muy bien por esas calles. Tengo mucho cariño a Alicante, sobre todo al entorno de la Rambla. La zona nueva de expansión me interesa menos, seguramente porque no he tenido oportunidad de conocerla muy a fondo.

¿Le queda mucho recorrido a Revólver, habrá más Hogueras?

Espero que sí. La música es mi vida, así que mientras mantenga la ilusión y siga gustando, Revólver seguirá haciendo música.

Usted lleva muchos años en la carretera. ¿Qué tiene la música para seguir atrayéndole pese a las dificultades del sector?

Esto es mi vida, mi oficio, mi profesión... El arquitecto hace casas, y si luego se venden más, pues mejor. Eso ocurre también en la música. Cuando tu trabajo es tu vocación, tu vida gira entorno a él.

Como persona comprometida, ¿qué le molesta ahora más?

La demagogia. Que aparezca alguien en política y se lleve el gato al agua por decir lo que la gente quiere escuchar. ¡Pero es que los demás lo han hecho tan mal...!