Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El tabaco, un refugio de problemas

Las mujeres lo tienen más difícil a la hora de dejar de fumar ya que tienen mayor «dependencia psicológica» sobre la nicotina, mientras que para los hombres es una adicción de «carácter social»

Las mujeres utilizan el tabaco como un refugio ante los problemas diarios, mientras que los hombres fuman como un hábito social. Con esta realidad en la mano, explican desde la Unidad de Tabaquismo del Hospital General de Alicante, en los últimos días profesionales del área han recorrido centros de salud de la ciudad para ofrecer consejos a los fumadores que piensan dejar el tabaco y también a aquellas personas -fumadores pasivos- que sufren el humo por convivir con sus familiares.

Según la psicóloga de la unidad, Francisca Camarena, las mujeres sufren más a la hora de querer dejar la adicción. «En general, las mujeres sufren una mayor dependencia psicológica del tabaco, ya que lo usan como un refugio a los problemas diarios. Por eso, les cuesta más dejar de fumar. Los hombres, en cambio, lo tienen más fácil, porque en su mayoría fuman como un hábito social», asegura la psicóloga, que cifra en torno a los 35 o 40 años la edad en la que las personas se plantean comenzar a dejar el tabaco. «Ahí empiezan a notar que sus amigos, de edades similares, gozan de una mejor salud y empiezan a pensar que es el momento de dejarse el tabaco», añade la experta.

Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, la Unidad de Tabaquismo del General de Alicante inició una campaña por los centros de salud para animar a los fumadores a dejar la adicción. Para ello, además de los consejos verbales, invitaban a las personas a someterse a dos rápidas pruebas, a cargo de la enfermera Toñi Giménez. El primer test ponía edad a los pulmones, mientras que el segundo medía el nivel de monóxido de carbono en sangre. «Son pruebas muy llamativas. Por ejemplo, una mujer de 64 años ha comprobado que sus pulmones, tras más de cuarenta años fumando, tienen casi 110 años. Al verlo, se asustó y está decidida a dejar de fumar», señaló Camarena, que explica que una persona que no está en contacto con las sustancias tóxicas del tabaco tiene una edad pulmonar similar a la biológica. Y es que los pulmones de un fumador pasivo pueden sufrir un envejecimiento añadido de unos diez años. «A estas personas, les recomendamos que el familiar no fume en casa, porque no vale abrir las ventanas ya que no todos las sustancias tóxicas se van», afirmó la psicóloga.

También aconsejaron a las mujeres que están embarazadas y que son fumadoras habituales, intentando desmontar algunos «mitos». «Es falso que por fumar cinco cigarros al día no le pase nada al niño, ya que la placenta filtra muy poco y las sustancias llegan con facilidad al feto. Tampoco es cierto que el nerviosismo de la madre por dejar de fumar afecte más al feto que el tabaco. Por estas razones, lo recomendable es dejar de fumar antes de quedarse embarazada, cuando empiezas a intentarlo. El niño puede tener bajo peso al nacer, pulmones inmaduros o ser hiperactivo», concluye la experta en tabaquismo.

Compartir el artículo

stats