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El puerto recupera la fabricación de barcos que perdió con la crisis

Un astillero alicantino bota el «Kitty Petra», una embarcación de dos millones de euros diseñada para la navegación en condiciones adversas, que se utilizará para el mantenimiento de parques eólicos en el mar del Norte

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Alicante acaba de botar, rumbo al mar del Norte, el primer barco construido en los astilleros del puerto desde que estalló sus crisis en 2009, y que confirma el comienzo de la recuperación de la actividad industrial en los muelles. Las alicantinas TBF y Mercurio Schipyard se instalaron hace un año en dos naves de la nueva zona de actividades logísticas y su primer barco es uno especializado en el mantenimiento de parques eólicos en el Mar del Norte, por lo que se caracteriza por estar preparado para navegar en condiciones difíciles. Tiene veinte metros de eslora y nueve de manga y un coste de dos millones de euros, según apuntó ayer Juan Moreno, portavoz de la empresa, que negocia ya nuevos encargos para construir barcos en Alicante, todos dedicados al mercado exterior. Moreno subraya que tanto él como su socio, Joaquín Martínez, eligieron el puerto por las buenas condiciones para trabajar y la cercanía del astillero con el agua.

El último barco botado en Alicante fue el Ártico 10, de veinte metros de eslora y cinco de manga el 26 de abril de 2010. Desde entonces, la actividad estaba completamente paralizada hasta la llegada de la empresa que ha reanudado la construcción de barcos lo que genera, por otro lado, movimiento económico y empleo en el que, por ahora, es un pequeño astillero en la dársena de poniente, al sur de la ciudad.

Juan Moreno y Joaquín Martínez, socios fundadores del astillero TBF y de la empresa de ingeniería Mercurio Schipyard, obtuvieron la concesión de dos naves contiguas en la zona del varadero del puerto, donde hace unos meses comenzaron su actividad. El astillero está especializado en la construcción de buques, concretamente de embarcaciones de trabajo, y Mercurio Schipyard es una empresa de ingeniería que diseña los modelos de los barcos.

El objetivo de los constructores del Kitty Petra es centrar en Alicante la producción de barcos del tipo de las patrulleras para vigilancia marina, ferries y barcos «supply» para energía eólica e industria petrolera, entre otros. Además, desarrollan un diseño innovador de catamaranes con alta eficiencia y prestaciones en condiciones duras de navegación que están exportando al mercado internacional, destacando Europa, Sudamérica y Oriente Medio. La demanda nacional de estas embarcaciones es casi inexistente. Martínez y Moreno son reconocidos por sus diseños, fabricación y mantenimiento. Su firma ha tratado de establecer en gran medida sus reputación basándose en la calidad del producto.

Otra de las especialidades de la firma que ha construido el barco es el diseño de embarcaciones para trabajar en granjas eólicas marítimas. «Los diseños navales ofrecen un gran comportamiento en el mar y eficiencia, así como un diseño focalizado en el usuario y una excelente relación calidad/precio. La ventaja de construir este tipo de barcos frente a embarcaciones de recreo es que estas últimas tienen un mercado inestable y sujeto a la situación económica global, mientras que las embarcaciones de trabajo tienen una demanda mundial sostenida», apuntaron ayer desde la empresa.

Por otro lado, han patentado un nuevo modelo de trimarán para poder trabajar en condiciones adversas, por que aspiran a convertirse en líderes en el desarrollo de barcos de hasta 45 metros de eslora. La mercantil cuenta con 50 trabajadores directos y subcontratas. Ocho de ellos son ingenieros navales, que son los encargados de diseñar los barcos.

El puerto cerró 2013 con un crecimiento del 4,5% en el tráfico de mercancías, un total de 2.338.000 toneladas. Lejos de los 3,6 millones que llegaron a moverse en 2007, pero cien mil más que en 2012. Por tráficos, destacó el movimiento de mercancía general, «roro», que creció un 150%, y el de graneles sin instalación especial, que aumentó un 41,5%. Mejoró también del tráfico de clíncker (material con el que se fabrica el cemento) que movió 600.000 toneladas, por las 382.000 de 2012. Datos de mercancías que contrastaron con la debacle de los cruceros con un descenso del 47% en barcos y un 7% en pasaje. Y no se botaba un nuevo barco desde la primavera de 2010.

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