Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias así es como fue bautizado Juan Carlos I de Borbón ha protagonizado uno de los reinados más largos de la historia, desde que fue proclamado el 22 de noviembre de 1975. Pero sus cuatro décadas en la jefatura del Estado tienen un momento clave que duró menos de 24 horas: el intento de golpe de Estado el 23F. Su intervención ante las cámaras de TVE, con el uniforme de capitán general de todos los ejércitos, desautorizando la insurrección militar y avalando la democracia fue decisiva.

Juan Carlos I nació el 5 de enero de 1938 en Roma, donde vivían sus padres don Juan de Borbón y Battenberg y doña María de las Mercedes de Borbón y Orleánsdespués de que la Familia Real se exilió de España al proclamarse la II República. Pese a haber nacido en Italia, «Juanito», como se le conocía coloquialmente para diferenciarlo de su progenitor, recibió una formación fundamentalmente española por deseo de su padre.

Don Juan Carlos conoció a la princesa Sofía de Grecia, hija de los reyes Pablo I y Federica, en la boda de los duques de Kent el 8 de junio de 1961. Pocos meses más tarde, el 14 de mayo del año siguiente, se casaron en Atenas por los ritos ortodoxo y católico, en atención a la fe de cada uno de los contrayentes. Ese mismo año nacía su primera hija, la infanta Elena. En 1965, doña Sofía dio a luz a la infanta Cristina y tres años más tarde nacería el príncipe Felipe, heredero al trono. El 22 de julio de 1969 es una fecha clave para la carrera del hijo de don Juan hacia la más alta magistratura del Estado. Ese día fue designado por las Cortes Españolas, a propuesta del general Franco, sucesor en la Jefatura del Estado en virtud de la Ley de Sucesión de 1947. Al día siguiente prestó juramento y recibió el título de príncipe de España. Las no muy cordiales relaciones entre su padre, don Juan, conde de Barcelona, y Francisco Franco provocaron un salto en la línea sucesoria y el nombramiento de Juan Carlos con el citado título de príncipe de España.

Dos días después fue ascendido, por decreto, a general de Brigada de los ejércitos de Tierra y Aire, y contraalmirante de la Armada, atribuyéndosele los honores de capitán general. Desde entonces, ocupó en todos los actos oficiales el puesto inmediato al jefe del Estado y lució el uniforme correspondiente. Como príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía viajaron oficialmente a 36 países de cuatro continentes, como embajadores de honor del Estado.

Tras la muerte del dictador, don Juan Carlos fue proclamado rey el 22 de noviembre de 1975. Cinco días más tarde, en una ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid, tuvo lugar la denominada «exaltación» al trono de España, con el nombre de Juan Carlos I.

Reforma Política y Constitución

En su primer mensaje a la nación, pronunciado en las Cortes recién enterrado Franco, el rey expresó su deseo de ser «rey de todos los españoles» sin excepción, lo cual fue toda una declaración de intenciones sobre la tarea de restablecer la democracia que iba a emprender. A partir de ese momento, se convirtió, efectivamente, en uno de los artífices de la democratización del país, que comenzó con la Ley de la Reforma Política de 1976. Otro de los momentos históricos fue la aprobación por referéndum de la Constitución el 6 de diciembre de 1978, sancionada por el rey el 27 de ese mes.

El conde de Barcelona renunció oficialmente, en favor de su hijo, a sus derechos dinásticos históricos y a la jefatura de la Casa Real el 14 de mayo de 1977. Una renuncia con carácter simbólico, cuando Juan Carlos I ya reinaba. Arrancaba entonces la transición hacia la democracia, un proceso que correspondía timonear a la Corona. Un mes más tarde se celebraron las primeras elecciones democráticas desde 1936, y el nuevo Parlamento elaboró la actual Constitución, aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978 y sancionada por el rey en las Cortes Generales del 27 del mismo mes y año.

La Constitución establecía como forma política del Estado la Monarquía parlamentaria, lo que significaba la supresión de toda participación política por parte de la Corona. Según el artículo 56 de la Carta Magna, el rey es el jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, y le corresponde arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones, además de asumir la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales. La Carta Magna le otorga el mando supremo de las Fuerzas Armadas.

La consagración con el golpe

Uno de los momentos clave, quizás el más importante a lo largo de su reinado, fue el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 por parte del teniente coronel Antonio Tejero. Su intervención en defensa de mantener el sistema constitucional contribuyó a consolidar la Monarquía en España. La Corona se ganó todo el respeto y la admiración, tanto dentro del país como en el extranjero.

Desde su intervención, con aparición en TVE incluida, ante aquel intento de subvertir el orden constitucional, fueron muchos los ciudadanos que incluso desde posiciones de izquierda reconocieron su papel. Unos cuantos indiferentes abrazaron el «juancarlismo» y muchos republicanos aplazaron sus anhelos tricolores.