El doctor Diego Torrús Tendero, médico adjunto de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Alicante, lleva bastantes años dedicado al estudio de las patologías propias de las zonas tropicales y al control de los casos que aquí se producen, siempre a través del contacto con aquellos lugares. Presidente de la organización Medicus Mundi en Alicante, mañana recibirá en reconocimiento a su trayectoria profesional el Premio Balmis, que entrega la Fundación del mismo nombre del Rotary Club Alicante.
¿Qué le supone este reconocimiento a su labor por parte de los rotarios alicantinos?
Mucha ilusión, porque se reconoce un trabajo que llevo realizando desde 1997. Estoy muy contento y satisfecho por el trabajo que hacemos en la consulta de Enfermedades Importadas del Hospital General y en cuanto a cooperación a través de Medicus Mundi, así como en la docencia como profesor. Que alguien reconozca todo eso está muy bien.
¿Qué trabajo realizan en cuanto al estudio de las enfermedades tropicales?
En la consulta vemos casos de enfermedades tropicales importadas desde aquellas zonas por inmigrantes procedentes de aquellos lugares o españoles que han viajado allí. Es una consulta de referencia para toda la provincia.
¿Su labor es preventiva o más de control y tratamiento?
De control y tratamiento. Nosotros vemos los casos después que se hayan producido, tanto a nivel individual como de grupo. Uno de los colectivos con mayor riesgo de contraer estas enfermedades es el de los inmigrantes de países tropicales que vuelven allí de vacaciones, de la misma forma que españoles que acudan allí por ese mismo o cualquier otro motivo.
¿Hay una mayor incidencia de estas patologías en Alicante por ser un punto de grandes movimientos de pasajeros?
Alicante es una zona de mucho tránsito de personas y mercancías. Eso hace que se diagnostiquen más casos de estas enfermedades aquí que en otros puntos.
¿Y no hay peligro de se transmitan aquí a la población?
La posibilidad de que una enfermedad tropical se transmita aquí es muy remota o incluso nula, porque no se dan las circunstancias. No existen, por ejemplo, los mosquitos que a menudo ejercen de transmisores. Esta cuestión no es un problema de salud pública, sino individual.
Trabaja también con Medicus Mundi desde 1998. ¿En qué se centra su labor allí?
Trabajamos en proyectos de cooperación que buscan sobre todo la formación del personal sanitario local; eso es fundamental, más incluso que las infraestructuras. Y ahora que los fondos de cooperación han bajado, hay que hacer todavía más énfasis en ello: es mucho más útil a medio y largo plazo.
