La doctora Paula Giménez, responsable de la Unidad del Sueño de la Clínica Vistahermosa, coordinó ayer un curso sobre estos trastornos para profesionales sanitarios, dentro de las Jornadas Pediátricas sobre el Sueño organizadas por este centro médico alicantino.

¿Son distintas las causas de los trastornos del sueño en niños y en adultos?

Ciertos trastornos pueden tener preferencia en algunas edades. En los niños, un 30% de ellos tiene problemas para iniciar o mantener el sueño. Algunos roncan, por causas diferentes a las de un adulto, como la apnea del sueño. Y hasta un 2% tiene el «síndrome de las piernas inquietas», en el que manifiesta sus problemas de sueño a través de lenguaje no verbal. Luego está el problema de la narcolepsia, más propio de adultos pero que se inicia en la segunda década de vida.

¿Qué puede ocurrir si un niño o un joven sufre este problema?

Sobre todo, se les tiene a etiquetar erróneamente como vagos, cuando lo que en realidad ocurre es que tienen un trastorno importante del sueño. Suele manifestarse por primera vez entre los 10 y los 15 años.

Además de los factores físicos, ¿qué otros condicionantes pueden desembocar en insomnio?

Hay muchos factores externos que tienden a retrasar la hora de irse a la cama. Por eso los padres deben ser responsables; en adolescentes cuesta ya mucho más.

¿Uno de esos factores puede ser el uso de nuevas tecnologías?

Sí, porque el uso de estas herramientas facilita más la vigilia que el sueño, y cada vez se utilizan más tanto por parte de niños como de adolescentes y adultos.

¿Y si la lectura se suele emplear como ayuda para conciliar el sueño, ¿por qué la lectura en una pantalla no ejerce la misma función?

Muy sencillo: por la luz que emite la pantalla. La luz hace que no fabriquemos melatonina, que es la hormona que nos ayuda a dormir. Un libro normalmente se lee con poca luz, y por eso mientras tanto el organismo fabrica melatonina y se concilia el sueño más fácilmente. Ahora, con al auge del libro electrónico, nos encontramos con el problema de que se lee cada vez más en una pantalla.

¿Qué puede ocurrir a largo plazo si los trastornos de sueño no se corrigen?

Hay personas que llegan a adaptarse a su situación de insomnio, alargando sus horarios nocturnos. Pero eso es un problema, porque en ocasiones esos horarios son incompatibles con llevar una vida social o con seguir el obligado ritmo de trabajo.