Lo han llamado páncreas artificial aunque no se parece en nada al órgano cónico de 150 gramos de peso, 20 cm. de largo y de muy difícil exploración que segrega la hormona que permite digerir los azúcares. El nuevo páncreas artificial que ha comenzado a ensayarse por primera vez en España, en el Hospital Clínico de Valencia en una paciente diabética (tipo 1, de nacimiento), es un programa de software realizado a partir de un algoritmo matemático que indica con absoluta precisión a la bomba de insulina que el paciente lleva consigo las 24 horas qué cantidad de hormona hay que descargar en el interior del organismo a través de un catéter para mantener un nivel saludable de glucosa.

Veinte pacientes, diez del Clínico de Valencia y otros diez del Clínic de Barcelona, participarán en los próximos meses en un ensayo clínico para valorar la eficacia de esta nueva aplicación informática que va a permitir regular la aportación de insulina a los diabéticos tipo 1 después de las comidas, que es uno de los «periodos sombra» en el tratamiento insulinodependiente, que puede desencadenar episodios de hipoglucemia al recibir el paciente una carga mayor de insulina de la que necesita.

A nivel gráfico, un páncreas artificial son tres elementos: la bomba de insulina, el monitor continuo de glucosa que cada 5/15 minutos evalúa y remite información a la bomba sobre los niveles de azúcar del paciente y el algoritmo matemático.

La aplicación informática que han diseñado los ingenieros de la Universidad Politécnica de Valencia, Jorge Bondia (Valencia, 1970), y de la Universidad de Girona, Josep Vehí, está conectada a través del software a la bomba de insulina, que es un sistema subcutáneo continuo de insulina, y a un monitor continuo que en algunos modelos está integrado en la propia bomba.Jorge Bondia indicó que el páncreas artificial que permitirá a los diabéticos estar perfectamente controlados noche y día tardará todavía unos años en comercializarse. Tampoco será muy asequible.

Siete consorcios en el mundo trabajan en la actualidad en dispositivos similares al que se ensaya en Valencia, uno de ellos los forman grupos de Madrid y de Sabadell.

«Lo que se busca es dar una solución tecnológica a las familias de los niños con diabetes 1 para mejorar su calidad de vida y para que a largo plazo no sufran complicaciones derivadas de un mal control», declaró Bondia.

El coautor del algoritmo matemático añadió que el denominado páncreas artificial libera al paciente y a los padres del niño de tomar decisiones sobre la cantidad de unidades de insulina que hay que infundirle al día, al descargarse las unidades necesarias de forma automática.

El ensayo está dirigido por el doctor Javier Ampudia-Blasco, del servicio de Endocrinología del hospital Clínico en colaboración con Paolo Rossetti del hospital Francesc de Borja de Gandia e investigador del Incliva.

«El páncreas artificial debe dar autonomía y seguridad a los pacientes, permitiéndoles vivir la enfermedad sin obsesiones; se trata de estar más cerca de un tratamiento a la medida del paciente», declaró el jefe de servicio de Endocrinología del Hospital Clínico, Juan F. Ascaso.